El empresario visitó el sur de Miami para comprar plantas tropicales exóticas para venderlas en su vivero en Saint-Paul-d’Abbotsford. Tomó el avión el pasado viernes con su socio Éric Zellinger, sobre todo para mirar escaparates en preparación para la próxima temporada de verano. Este no es el primer viaje del dúo, pero podemos decir que el último ciertamente dejó su huella en la imaginación.
“¡Solo llovió durante nuestra visita! Tengo un condominio ubicado entre Fort Lauderdale y Miami. Decidimos cerrarlo e irnos a Key West, en el extremo sur del estado americano”, dice Pierre-Marc Paquette, en una entrevista con La voz del este.
Los asociados no visitaron a sus proveedores como estaba previsto inicialmente. Los negocios locales cerraron sus puertas en anticipación a que el huracán azotara el área de Tampa Bay y Sarasota, ubicadas a unas cuatro horas en auto desde Miami. “El martes visitamos sólo dos proveedores. Nos hicieron un favor al recibirnos de manera excepcional”.
El huracán no pasó por Miami, pero algunos comercios instalaron sacos de arena en las puertas de sus edificios. Proactiva, la gente hacía cola en las gasolineras para repostar gasolina. “¡Nunca se sabe, todo puede cambiar muy rápidamente! Los ciudadanos tenían visión de futuro. La situación fue mucho mejor de lo previsto”.
Grandes olas
Al pasar por Key West, la lluvia era intermitente y el viento aún era fuerte con ráfagas de hasta 70 km/h. Las olas rompían cerca de los muelles y se notaron algunas inundaciones en la zona. “Visitamos un muelle. El viento, las grandes olas… ¡se estaba agitando! Había mucha gente allí para ver el océano enloquecer”, admite el empresario.
Una mirada a los vientos y las grandes olas en Key West. (Pierre-Marc Paquette)
Una cerveza pequeña si comparamos la situación con la vivida en la costa oeste y cerca de Orlando.
“Mi socio posee dos casas cerca de Orlando. El huracán llegó fuerte a la costa oeste y luego perdió fuerza, particularmente hacia sus dos propiedades. No están muy dañados, pero las vallas y los tejados requieren reparación. Aunque nada demasiado serio. Al final, es sólo material”, continúa Pierre-Marc Paquette.
Es hora de hacer balance para Eric Zellinger. Los socios regresaron a Quebec el viernes con las manos vacías.
“Tuvimos una semana de descanso un tanto obligada. Encontramos actividades, montar en bicicleta y caminar. Una cosa es segura: tenemos que volver allí en busca de nuestras plantas exóticas”, concluye Paquette.
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