En el autobús, en el tren o en el tranvía, es común escuchar a los habitantes del Franco Condado expresar su alarma por su situación financiera. Hay que decir que con la inflación, a veces es difícil llegar a fin de mes. ¡Pero en comparación con otros países, estamos más bien preservados (sí, sí)!
El año pasado regresamos de un viaje al Cáucaso. Lo comenzamos en Ereván, capital de Armenia (un país verdaderamente magnífico; una de mis experiencias de viaje favoritas: verde con iglesias y monasterios medievales a veces perdidos en medio de la nada). Luego, continuamos nuestra ruta hacia Georgia, en concreto hacia Tbilisi (la capital también). Regresábamos a Francia, pero teníamos una escala de un día en Antalya, una ciudad al sur de Turquía. Estuvimos allí siete horas: ¡difícil verlo todo! Pero todavía hay tiempo para hacer un viaje al Mediterráneo, a la ciudad y visitar la casa de Atatürk. También tiempo para comer un gözleme y beber un zumo de naranja exprimido, mientras disfrutas del ambiente de este balneario bañado por el sol.
Unos años antes había pasado un día en Marmaris (más al oeste). La moneda era la misma: liras turcas. Pero durante esta nueva visita a Türkiye, las monedas tenían un valor diferente. Normal, se podría decir, con inflación. ¡Sí, pero no! Las monedas realmente tenían un valor diferente: no unos pocos centavos o decenas de centavos. Hay que decir que el pasado mes de junio Turquía todavía alcanzaba una inflación de casi el 70%.
Pequeño ejemplo, la primera vez en este país (septiembre de 2018), cambiamos 1€ por 7 liras turcas. En abril de 2023, era 1 euro frente a 21 liras. Hoy cuesta 1€ 37/38 liras… Una situación difícil para la población… Y acabamos con muchas monedas pequeñas que al final no valen… mucho; ¡O entradas que antes valían una fortuna!
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