Suiza juega a lo grande en la Liga de las Naciones este sábado en Leskovac (20:45/RTS 2). El tercer acto de Serbia – Suiza corre el riesgo de ser tan feroz como los dos primeros en Kaliningrado y Doha.
Derrotada por Dinamarca y España, Suiza no puede permitirse una tercera derrota consecutiva en esta fase de grupos de la Liga de Naciones. Sería prácticamente sinónimo de descenso a la Liga B aunque el precedente de 2022 sea la excepción que confirma la regla. Suiza había asegurado su supervivencia a costa de la República Checa después de perder sus tres primeros partidos.
La importancia de tener un Xhaka en la cima
Aunque el discurso elaborado durante días quiere hacernos creer que este partido es un partido como cualquier otro, este Serbia-Suiza no lo será gracias a la única presencia de Granit Xhaka. Expulsado el mes pasado en Dinamarca, ¿tendrá Xhaka los nervios para enfrentarse a un enemigo? Hace dos años, en Doha, fue el protagonista de un detestable final de partido en el que los serbios, bajo la influencia de la decepción, superaron muchos límites.
Será necesario que Granit Xhaka esté en la cima de su juego para llevar a Suiza a la victoria el sábado. En Ginebra contra España, el peso de su ausencia se sintió cruelmente. En Leskovac, tendrá que poner su sello en el partido, orquestar el juego de un equipo suizo que debe ser capaz de encontrar los fallos ante un rival que nunca ha sabido cultivar este rigor en la última defensa, sin el cual nada es posible. posible. Tras caer derrotada por Suiza en los dos últimos Mundiales, Serbia se queda en una Eurocopa 2024 fallida con una eliminación vergonzosa en primera ronda. A pesar del talento de sus individuos, los serbios nunca dejan de decepcionar.
ats/lper
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