DDesde 2015 se han detectado «graves deficiencias», incluidos «malos tratos», en sesenta establecimientos belgas que acogen a franceses con discapacidad, según ha subrayado el Tribunal de Cuentas francés en un informe publicado el martes, en el que pide que se mejoren los controles.
Los establecimientos especializados de Valonia acogen desde hace décadas a nacionales de Francia metropolitana y su número no deja de aumentar: hoy en día cuentan con unos 8.200 franceses (7.000 adultos y 1.200 niños), según la institución con sede en París.
Valonia acoge en particular “casos complejos” que no pueden resolverse en Francia: egresos de hospitales psiquiátricos, jóvenes que no encuentran plaza en establecimientos para adultos cuando alcanzan la mayoría de edad, personas excluidas de su centro por trastornos del comportamiento. La población acogida en Valonia ilustra “las insuficiencias de la oferta francesa”, señala el Tribunal.
Estas salidas están cubiertas por la Seguridad Social y los departamentos franceses, con un coste estimado en 500 millones de euros al año.
«La creación de establecimientos en Bélgica, facilitada por la certeza de (…) conocimientos financiados por Francia, ha atraído a nuevos empresarios a veces muy alejados del ámbito médico-social, junto a los operadores históricos», considera el Tribunal.
“Se han detectado graves deficiencias en más de 60 establecimientos” desde 2015, señala el Tribunal, que ha consultado 150 informes de inspección: “maltrato físico o verbal, privación de alimentos como castigo, falta de cuidados que a veces conduce a la muerte, alimentos en mal estado, racionamiento de comidas, edificios mal mantenidos o en mal estado”, fraude financiero.
Estos incumplimientos afectan a “una veintena” de las 200 estructuras que acogen a franceses cada año, es decir, al 10% de ellas. “Se han producido incidentes relacionados con malos tratos o negligencia (por ejemplo: bofetada de un educador a L., golpes a J. por parte de un educador, defenestración de J.) y no se han denunciado ante las autoridades”, se lee en un informe citado por el Tribunal.
En su respuesta, la Asamblea de Departamentos Franceses toma nota con “preocupación” de las “graves deficiencias” señaladas por el Tribunal y aprueba sus “recomendaciones”.
Preguntada por la AFP, la Asociación de Franceses con Discapacidad en Bélgica (Afresheb) considera que el informe pone “demasiado énfasis en las disfunciones” en lugar de en el enfoque belga, que es “más eficaz y solidario” que el sistema francés.
“En Bélgica se han detectado deficiencias, pero las autoridades han elevado los estándares y están cerrando establecimientos. Los controles son más frecuentes en Bélgica que en Francia”, afirma su presidenta, Isabelle Resplendino.
“El sistema belga se centra en la educación, mientras que en Francia estos casos complejos se tratan en hospitales psiquiátricos, bajo medicación o contención”, explica este franco-belga cuyo hijo, con autismo severo, trabaja ahora como mozo de cuadra en las Caballerizas Reales.
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