Dormir durante meses, como hacen los osos en invierno, pronto podría dejar de ser pura fantasía de ciencia ficción. Un equipo de investigadores de la Universidad de Oregón (Estados Unidos) acaba de dar un paso revolucionario al demostrar que es posible desencadenar un estado de hibernación en humanos. Pero ojo: no se trata de una siesta gigante para escapar del invierno, sino de un potencial avance médico que podría salvar vidas y transformar la exploración espacial.
Cada segundo cuenta cuando un paciente sufre un paro cardíaco o un derrame cerebral. La falta de oxígeno puede provocar daños cerebrales irreversibles en tan solo unos minutos. Sin embargo, en estado de hibernación, el metabolismo se ralentiza drásticamente: el cerebro y los órganos consumen mucho menos oxígeno, lo que aumenta las posibilidades de supervivencia.
Es precisamente este mecanismo el que los investigadores estadounidenses esperan explotar. Identificaron una especie de “interruptor” en el cerebro que controla la regulación de la temperatura corporal. Normalmente, el cuerpo reacciona al frío produciendo calor, en particular temblando o quemando grasa. Pero en los animales que hibernan, este proceso se suspende durante el invierno, permitiendo una drástica desaceleración del metabolismo.
Manipulando este interruptor, los científicos pudieron inducir un estado de hibernación en ratones, animales que, como los humanos, no hibernan de forma natural. Los resultados, publicados en la revista Current Biology el 6 de enero de 2025, allanan el camino para aplicaciones médicas revolucionarias.
Más allá de la medicina, este descubrimiento también podría revolucionar las ambiciones espaciales de la humanidad. Un viaje a Marte, por ejemplo, dura al menos seis meses. Durante este período, los astronautas están confinados en un espacio pequeño, lo que puede resultar psicológica y físicamente agotador.
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