La investigación comenzó cuando el PJF de Bruselas fue informado de un pedido de 400 litros de MEC (metiletilcetona) en agosto de 2022. Los dos barriles, importados de Hungría, tenían como destino Portugal a través de una dirección de retransmisión en Laeken. El MEC, cuya venta está severamente regulada, es un disolvente que, desviado, permite extraer la cocaína mezclada con otros productos.
La investigación se inició tras la entrega de dos barriles de productos precursores de cocaína.
Se realiza una observación discreta. Los barriles se descargan en la acera. Un coche con tres hombres a bordo llega al lugar. Se les suma un Renault Trafic. Ella toma los barriles. A partir de observaciones e investigaciones telefónicas, los investigadores trazarán una imagen de la organización criminal.
La bodega de Ali Baba en Ohain
Se identificarán diferentes direcciones: en Zaventem, Wemmel y Ohain en particular. La casa de Ohain la alquila la ex trabajadora de cuidado infantil que, según ella, planeaba abrir allí una sala de masajes. El alquiler, que asciende a 2.500 euros, lo pagó uno de los dos hombres considerados uno de los dos cabecillas de la organización criminal. Ya condenado en Inglaterra, este albanés era novio de su hija estudiante.
En el sótano de Ohain, los investigadores descubrieron durante una búsqueda 3 kg de cocaína y 7 kg de productos de corte. Allí incautaron equipos para la extracción de cocaína. Parece que el laboratorio se iba a instalar en Wemmel.
La dirección de Ohain puede estar relacionada con una incautación en Lovaina donde se descubrieron veinte barriles de pulpa de frutos rojos y cuatro barriles de pulpa de frutos amarillos. La pulpa contenía un total de 63 kg de cocaína. “Soy una madre responsable. Nunca me había imaginado una situación así”.afirmó la ex trabajadora de guardería durante su interrogatorio ante el tribunal.
Las dos “mujeres de paja”, que dirigían las empresas fachada donde se matriculaban los vehículos, también dijeron estar asombradas. El mecánico simplemente dice que le ha prestado un vehículo. En cuanto a los dos albaneses, ya condenados en Inglaterra por uno y en Italia por el otro, también niegan cualquier implicación.
Estas negativas no convencieron al representante del fiscal, que también exigió 19 millones de euros en confiscaciones.
Miedo a represalias
Cédric Vergauwen, abogado del acusado contra el que se solicitaba la pena más severa (10 años), motivó el silencio de su cliente y de los acusados por miedo.problema mucho más grave que la sanción penal”es decir, las represalias de los líderes del tráfico. Cree que su cliente, que admite que aprendió de un colombiano a limpiar y extraer cocaína, es sólo un simple eslabón de una cadena mucho más grande.
Sentencia en febrero.