Ante el importante descenso de las precipitaciones y el agravamiento del estrés hídrico, Marruecos está realizando esfuerzos considerables para garantizar una gestión racional de sus recursos hídricos. A través de una serie de medidas variadas y específicas, el Reino se esfuerza por responder a los desafíos urgentes que plantea esta crisis.
Esta situación, agravada por años consecutivos de sequía, pone en peligro las reservas estratégicas del país, afectando tanto al sector agrícola e industrial como a las necesidades internas de la población. Al movilizar a las autoridades locales, regionales y nacionales para implementar estrategias innovadoras, el Estado impone restricciones específicas, realiza campañas de sensibilización y realiza inversiones en tecnologías modernas para maximizar la eficiencia del uso del agua y minimizar las pérdidas.
Regulación del uso agrícola del agua
En varias regiones se han impuesto restricciones estrictas para limitar el uso del agua en la agricultura. El cultivo de ciertos cultivos especialmente sabrosos, como las zanahorias o los melones rojos y amarillos, ha sido severamente restringido, o incluso prohibido, en zonas como Tata o Tinghir.
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Estas restricciones incluyen limitación de volúmenes de agua a 5.000 metros cúbicos por año para determinados cultivos; la reserva de estas actividades para miembros de asociaciones autorizadas; y la prohibición del cultivo de césped natural, especialmente en la región de Rabat-Salé-Kénitra.
Estas medidas tienen como objetivo garantizar que los recursos disponibles se utilicen de manera óptima y evitar prácticas agrícolas intensivas incompatibles con la realidad hídrica actual.
Supervisión de extracciones de aguas subterráneas
La explotación de aguas subterráneas, mediante pozos o perforaciones, está sujeta a un mayor seguimiento. Las autoridades exigen autorizaciones previas para cualquier extracción de agua subterránea; linstalación de medidores medir los volúmenes recolectados; y una lucha activa contra el fraude, particularmente en las provincias de Jerada y Figuig.
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El objetivo es garantizar una gestión controlada de los recursos subterráneos, evitando al mismo tiempo su sobreexplotación.
Reducción de usos no esenciales del agua potable
El agua potable, un recurso precioso, está ahora reservada para usos vitales. Se han establecido restricciones estrictas para evitar su uso con fines secundarios. Así, se decidió prohibir el lavado de calles, el riego de espacios verdes y el cultivo de césped natural. También hemos limitado el horario de funcionamiento de los hammam a cuatro días por semana, especialmente en las regiones de Rabat-Salé-Kénitra y Guelmim-Oued Noun.
Estas medidas reflejan el deseo de priorizar las necesidades básicas de las poblaciones ante la creciente escasez de agua.
Gestión estricta de las infraestructuras de ocio
Las actividades relacionadas con el ocio, como las piscinas y el lavado de coches, también están sujetas a una rigurosa supervisión. En cuanto al llenado de piscinas públicas o privadas, ahora se limita a una sola vez al año. En cuanto al funcionamiento de las estaciones de lavado, se ha restringido a cuatro días por semana. Además, se ha suspendido la expedición de nuevos permisos para el lavado de coches.
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Estas restricciones tienen como objetivo reducir el uso innecesario de agua y fomentar prácticas más responsables.
Reutilización de aguas residuales y movilización de recursos
Para compensar la falta de agua, se han puesto en marcha iniciativas para tratar y reutilizar las aguas residuales. En zonas como Taroudant, programas específicos permiten que estos recursos se utilicen para el riego, reduciendo así la presión sobre las reservas de agua dulce.
En algunas regiones particularmente afectadas, como la región oriental, se han adoptado soluciones temporales para responder a necesidades urgentes, en particular mediante la movilización de camiones cisterna para abastecer a las poblaciones locales y un seguimiento reforzado de los sistemas de distribución para evitar abusos.
Sensibilizar e implementar una estricta gobernanza del agua
Más allá de las restricciones y prohibiciones, las autoridades también están trabajando para concienciar a la población sobre la importancia de una gestión sostenible del agua. Plataformas como “Eau Dialna” proporcionan datos en tiempo real y fomentan el uso racional de los recursos.
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Las medidas adoptadas ilustran una movilización nacional sin precedentes para afrontar la crisis del agua. Al supervisar los usos agrícolas, regular las extracciones y promover soluciones innovadoras como la reutilización de las aguas residuales, Marruecos está sentando las bases para una gestión sostenible de sus recursos hídricos. Esfuerzos que, sin embargo, requieren una implementación rigurosa y una participación colectiva para garantizar su éxito a largo plazo.