El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anuncia su dimisión, marcando el fin de una era tras nueve años en el poder.
Después de casi una década al frente de Canadá, Justin Trudeau ha anunciado oficialmente su dimisión como Primer Ministro. Esta decisión, aunque predecible, se produce en un contexto de fuerte presión política interna y externa.
Justin Trudeau, que llegó al poder en 2015, ha visto caer su popularidad en los últimos años. El anuncio de su dimisión se produce en un momento en que el país atraviesa un período de turbulencia económica y política. Las encuestas mostraron una caída significativa en su apoyo, exacerbada por las recientes amenazas económicas de Donald Trump, el nuevo presidente electo de Estados Unidos.
Durante su declaración en Ottawa, Trudeau expresó su intención de dimitir como líder del Partido Liberal y primer ministro, una vez que su partido haya elegido a su sucesor. El proceso de selección del nuevo líder liberal podría durar varios meses, dejando a Trudeau al mando hasta el 20 de enero, fecha de la toma de posesión de Trump.
Algunos ven la partida de Trudeau como un alivio, tanto para él como para el país. Annette Sousa, residente en Ottawa, dijo a la AFP que la dimisión parecía una liberación para Trudeau de la intensa presión a la que estaba sometido. Por su parte, Rob Gwett, de Toronto, habría preferido que Trudeau convocara elecciones, creyendo que debería haber abandonado mucho antes debido a los escándalos que empañaron su mandato.
La era Trudeau estuvo marcada por iniciativas progresistas como la legalización del cannabis, la introducción de asistencia médica para morir y una fuerte participación en programas sociales. Sin embargo, estos esfuerzos se han visto eclipsados por problemas económicos como la inflación vertiginosa, la crisis inmobiliaria y la gestión de los servicios públicos.
Las tensiones con Estados Unidos, acentuadas por las declaraciones de Trump sobre una posible fusión de los dos países y la imposición de derechos de aduana, han puesto a prueba la diplomacia canadiense. Estas amenazas llevaron a la dimisión de la viceprimera ministra Chrystia Freeland, que no estaba de acuerdo con el manejo de la tensa relación por parte de Trudeau.
Lori Turnbull, profesora de la Universidad de Dalhousie, describe la situación política actual como “muy inusual” con un cambio de liderazgo apenas unos meses antes de las elecciones. Los desafíos son numerosos para el sucesor de Trudeau, especialmente ahora que los liberales están a más de 20 puntos de los conservadores en las encuestas.
El líder conservador Pierre Poilievre criticó duramente esta transición, acusando a los liberales de querer engañar a los votantes cambiando su rostro para seguir “estafando a los canadienses”.
Justin Trudeau, hijo del ex primer ministro Pierre Elliott Trudeau, generó una ola de entusiasmo cuando ingresó a la política, prometiendo un enfoque moderno e inclusivo. Pero después de tres mandatos, su imagen se vio empañada por varios escándalos y crecientes críticas a su gestión económica y social.
Así, la renuncia de Justin Trudeau marca el final de un período significativo en la historia política canadiense, dejando tras de sí un legado complejo que es a la vez progresista y controvertido.