Los anarquistas de sillón y su extraña concepción de la difamación

Los anarquistas de sillón y su extraña concepción de la difamación
Los anarquistas de sillón y su extraña concepción de la difamación
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La coordinación “Hemam”, que se presenta como una autoridad preocupada por la justicia y la equidad, en realidad parece adoptar un enfoque profundamente selectivo, casi patológico, ante la noción de difamación. Lo que la ley y la sociedad reconocen comúnmente como actos de insulto y calumnia no parecen caer, para esta organización, en el mismo registro, sobre todo cuando estos actos emanan de sus propios miembros, de sus aliados o de su entorno directo.

Tomemos como ejemplo las múltiples declaraciones escandalosas atribuidas a Soulaiman Raissouni. Llamar a un magnate de los medios “chino”Tratar a un periodista y activista político como “prostituta”comparar los rasgos de un observador político con los de un “barril” o incluso denigrar a un alto funcionario llamándolo “lamentable” : tantas palabras de innegable violencia verbal. Sin embargo, en la turbia lógica de la coordinación “Hemam”, estos ataques no parecen constituir una difamación y no dan lugar ni a condenas ni a denuncias oficiales.

Por el contrario, la coordinación parece legitimar e incluso alentar las salidas verbales de Soulaiman Raissouni, transformando así sus diatribas, ya sea en escritos o en las redes sociales, en una especie de práctica sistemática de calumnia e insulto. Bastaría una simple consulta de los archivos para comprobar el alcance de estos ataques verbales, que se basan sin reservas en un registro de denigración y vulgaridad.

Esta indulgencia selectiva se extiende también a otras figuras cercanas a “Hemam”. Por ejemplo, cuando Youssef El Hireche describe a los editores y periodistas marroquíes como “chuchos”Estos comentarios, aunque claramente ofensivos para la dignidad, no parecen requerir, desde el punto de vista de la coordinación, ninguna condena. Asimismo, cuando Saïda Alami se expresa con virulencia o insulta a los agentes de policía llamándolos “hijos de prostitutas”El silencio de “Hemam” se vuelve ensordecedor.

Los casos están aumentando. Así, las declaraciones de Hamid Elmahdaouy, que trata a algunos de sus colegas como “vauriens”o los de Kholoud Mokhtari, que acusa a los periodistas de “alimentándose de las migajas de los ingresos”tampoco se menciona. Incluso los comentarios de Aziz Ghali, que cuestionan la unidad nacional, no provocaron ninguna reacción por parte de la coordinación.

Paradójicamente, tan pronto como una publicación o información mediática, incluso probada y coherente con la realidad, daña la imagen de sus protegidos, la coordinación reacciona rápidamente multiplicando declaraciones supuestamente de apoyo y comunicados de prensa que acusan de difamación.

Desvío y manipulación

En realidad, el objetivo subyacente de esta estrategia selectiva no parece ser combatir la difamación, como afirma “Hemam”. Se trata más bien de un claro intento de manipulación y desinformación destinado a diluir los debates y minimizar las repercusiones de los escándalos que afectan a algunos de sus miembros o aliados, en particular las recientes aventuras sexuales de Toufik Bouachrine.

Consciente de la autenticidad de los vídeos comprometedores que le conciernen, la coordinación se apresuró a publicar declaraciones destinadas a desviar la atención de la opinión pública. Estos comunicados de prensa, bajo el pretexto de denunciar la difamación, en realidad no constituyen más que una maniobra desesperada para camuflar hechos probados y documentados.

En última instancia, “Hemam” ilustra una postura sintomática de una coraza parcial, cuyo aparente compromiso con la justicia y la moralidad da paso a intereses partidistas y diseños ideológicos no reconocidos.

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