[Cet article a été publié pour la première fois sur notre site en 2003, et republié le 7 janvier 2025]
¿Cómo podrían los franceses votar por un demagogo del calibre de Jean-Marie Le Pen? Habíamos olvidado que Le Pen es también Francia, una Francia que no estamos acostumbrados a ver. O Charles de Gaulle pudo convencer al mundo entero de que él era Francia. Pero la Francia que él sofocó, la de Le Pen, nunca había desaparecido realmente. Ella estaba parada detrás del escenario.
Le Pen es la venganza de Vichy, la pequeña ciudad balneario símbolo de la colaboración pero que también evocaba cosas menos efímeras: la Francia profunda*, la burguesía provincial, los jubilados, la gente común que teme a los extraños y teme a los extranjeros.
domingo 21 de abril [lors du premier tour de la présidentielle 2002]el sur de Francia fue infiel a Chirac, prefiriendo con diferencia a Le Pen. Del estafador o del fascista, la Francia mediterránea, la que no se arrepintió después de 1940, la que nunca perdonó a De Gaulle haber traicionado a la Argelia francesa*, la que desprecia la Quinta República como despreció a las Repúblicas anteriores, esta Francia eligió el fascista.
Esperando un nuevo Bonaparte
Cada medalla tiene su otra cara; la de la retórica revolucionaria de la libertad, la igualdad y la fraternidad, es la Francia del Terror, la Francia de Fouché, ministro de policía bajo Napoleón, la Francia del asunto Dreyfus y la de la hormiga.
Francia