Aunque esta decisión fue bien recibida por algunas familias, no fue del agrado de todos los padres de los alumnos del colegio, que sintieron que este aumento de horas de clases de árabe representaría una carga adicional para sus hijos. , afectando así la calidad de su aprendizaje.
En respuesta, llevaron el litigio ante los tribunales franceses para que anularan la decisión adoptada por el establecimiento. En este contexto, una primera sentencia del tribunal administrativo de París falló a su favor, antes de que el Consejo de Estado francés se pronunciara recientemente sobre esta cuestión que suscitó un enorme debate.
De hecho, el Consejo decidió añadir dos horas semanales de enseñanza de lengua árabe para los estudiantes CE1 y CM2 de la escuela afiliada a la misión francesa, subrayando que estos excesos del volumen horario semanal total “deben considerarse como un ajuste del organización de la escolarización […] y una forma de fortalecer la cooperación con los sistemas educativos extranjeros”.
La parte más vulnerable de la discordia
Cabe señalar que esta decisión se produce en un contexto particular en el que Marruecos, a través de su legislación, insiste en la enseñanza de la lengua árabe en las escuelas extranjeras presentes en su territorio. En efecto, según el artículo 31 de la ley marco n° 51-17 relativa al sistema de educación, formación e investigación científica, los centros educativos extranjeros en Marruecos deben enseñar las lenguas árabe y amazigh a todos los niños marroquíes. matriculados en sus clases.
“Esta exigencia tiene como objetivo promover la cultura y la identidad nacional de los estudiantes marroquíes, respetando los acuerdos bilaterales firmados entre Marruecos y determinados países, que rigen los estatutos de estas instituciones educativas”, explica Mohamed Guedira, profesor universitario, experto en políticas educativas y de ingeniería de habilidades. saludando la decisión del Consejo de Estado francés sobre el caso “André Chénier”.
Dominar el árabe, una exigencia cultural y profesional
Dicho esto, la ampliación de los cursos de árabe, tal como la prevén las misiones francesas presentes en Marruecos, tiene como objetivo proporcionar a los estudiantes competencias clave preservando al mismo tiempo su identidad común, según nuestro interlocutor. Este enfoque es cada vez más legítimo, sobre todo si tenemos en cuenta que muchos estudiantes que continúan sus estudios en Francia regresan generalmente a Marruecos.
Para lograr su integración socioprofesional, deben disponer de las herramientas necesarias para comunicarse y trabajar eficazmente en árabe, además de otras lenguas extranjeras, en particular francés e inglés. De ahí la necesidad, según Guedira, de desplegar medidas para concienciar sobre la importancia de la lengua árabe en las escuelas y entre las familias.
En este sentido, la red OSUI – MLF Monde apuesta, en colaboración con la UM6P, por diseñar programas innovadores en inglés y francés, fortaleciendo al mismo tiempo el aprendizaje de la lengua árabe, que ocupará un lugar más importante en los futuros programas de la red, como lo destacaron Christian Masset y Jean-Marc Merriaux, respectivamente presidente y director general de OSUI, en una entrevista previa concedida a La opinión.