El tatuaje que será Wendat en el presente

El tatuaje que será Wendat en el presente
El tatuaje que será Wendat en el presente
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Marilou Bastien recibe el sol en su estudio en Wendake. El ambiente es acogedor y cálido. Por los altavoces de la entrada suena una música suave.

A los 23 años, es la única tatuadora en Wendake.

“En mi cabeza, el plan nunca fue dedicarme al tatuaje y convertirlo en mi carrera”, recuerda. Fue por diversión”. Trabajando por cuenta propia durante varios años, la joven Wendat soñaba con ser cirujana, pero la pandemia de COVID-19 y sus habilidades artísticas decidieron lo contrario.

La pasión de Marilou Bastien por los tatuajes le permite aprender más sobre la cultura Wendat. “Hay un lado que he tocado toda mi vida y otro que aprendí yo misma”, afirma. (Caroline Grégoire/El Sol)

Guiada por su mentor Terry Dactel, tatuador de Wendat afincado en Montreal, Marilou Bastien se ha ido familiarizando silenciosamente con los principios de su arte, pero también con los matices culturales que infunde en su práctica. “Tenemos las mismas raíces indígenas que vienen con el deseo de hacer las cosas bien y servir a nuestro mundo”, explica, elogiando a quien la tomó bajo su protección.

“Cuando eres un tatuador indígena, hay dos mundos. Está el tatuaje en sí y el lado espiritual. Él era alguien que también podía enseñarme ese aspecto”.

— Marilou Bastien, tatuadora de Wendat

Ahora instalada en su propio estudio, en el corazón de la comunidad donde creció, Marilou Bastien navega por todas las realidades involucradas en el matrimonio entre tradiciones, cultura, identidad y tatuaje.

Promociona tu cultura

En una de las paredes de su local se exponen decenas de bocetos. Detrás de cada uno de ellos, la historia de un cliente, que Marilou Bastien sabe contar de memoria. Todos los detalles de los dibujos están llenos de significado. Desde la doble curva hasta la hierba dulce, los wampums y el árbol de la vida: ningún símbolo se deja al azar y el artista se esfuerza por respetar la autenticidad de los emblemas culturales indígenas.

“Si un símbolo es tradicional o muy cultural y significa algo, le haría perder su significado si se lo tatuara a alguien. Si es un símbolo de identidad o de prácticas tradicionales y se lo tatúo a todo el mundo sin considerar el significado, ¿en qué se convierte para todos aquellos para quienes es verdaderamente significativo? ella pregunta.

“A veces, son cosas que vemos repetidamente sin saber el significado, pero siguen siendo parte de nosotros. Por otro lado, si un cliente quiere cualquier símbolo porque sí, no tiene sentido”.

La mayoría de los clientes de Marilou Bastien son indígenas. “No soy una tatuadora indígena de los Wendat, soy una tatuadora indígena de los indígenas”, explica. (Caroline Grégoire/El Sol)

Por tanto, el artista se asegura, investigando, cuestionando y educando a sus clientes, de limitar la apropiación cultural en todas sus formas. “Estas son reglas que me doy según mis valores. Lo importante es tener el reflejo de investigar y hacerse la pregunta. Es un dolor de cabeza”, explica riendo.

Un proceso de afirmación

Para su clientela, “en su mayoría indígena”, los tatuajes pueden formar parte de un “paso para afirmar su identidad”. Verdaderas herramientas de reconexión y afirmación cultural, las obras de Marilou Bastien deben estar en consonancia no sólo con la intención de sus clientes, sino también con su identidad y simbolismo cultural.

“Creo que puede ayudar especialmente a aquellos que no regresan a la comunidad, pero que siempre han estado en Wendake y que utilizan los tatuajes para afirmarse”, pone como ejemplo.

La investigación en profundidad sobre la cultura Wendat y los constantes intercambios con miembros de otras Naciones le permiten distinguir lo que es culturalmente relevante además de sugerir propuestas alternativas, si la situación lo requiere. “Pondré una intención detrás de mi creación, según lo que me haya expresado el cliente. En última instancia, puede que no sea un símbolo preciso, pero tiene sentido con lo que la persona busca”, afirma.

“La razón por la que decido si tatuar ciertas cosas en ciertas personas y no en otras es para mantener el simbolismo. Mi objetivo no es hacer que la reconexión sea más difícil, sino simplemente crear algo que sea verdaderamente significativo”.

Crear ahora

Marilou Bastien establece un claro matiz entre su práctica, el tatuaje cultural y el tatuaje tradicional. “Al final, lo que hago es integrar elementos culturales en el tatuaje, no necesariamente es lo que los Wendat se habían tatuado antes”, señala el artista.

Para ella, sin embargo, la modernidad de su propuesta artística no disminuye en modo alguno su valor.

“Cuando revitalizamos una lengua o una cultura, siempre nos fijamos en lo que se ha hecho antes y algunos piensan que eso es lo único válido. No podemos culpar a la gente por confiar en el pasado para revitalizarse, pero no sólo nuestros antepasados ​​son Wendat, nosotros también somos capaces de crear”, enfatiza.

“Hoy somos Wendat. Debemos crear hoy cosas que sean Wendat sin siempre hacer referencia a la tradición. También está lo que creamos y lo que experimentamos ahora”.

Impulsada por esta necesidad de ser escuchada y de crear en el presente, Marilou Bastien ya está pensando en el siguiente paso. “En mis planes futuros, me gustaría tener un tienda de tatuajes móvil para hacer la ruta Pow-Wow”, lo deja pasar. “Voy a tomarme mi tiempo para hacerlo porque quiero que se haga bien, pero tenemos que cubrir la necesidad en las comunidades”.

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