Por Ndèye Suzanne Sy
Dakar, 28 dic (APS) – No tratar la diabetes tipo 1 en los niños puede provocar la muerte en la primera semana de vida, advirtió el director del programa “Cambiar la diabetes en los niños” (CDIC).
“Hay que diagnosticar diabetes tipo 1, de lo contrario en menos de una semana el niño muere. Esta es la particularidad a nivel epidemiológico. Por eso decimos que la diabetes es un asesino silencioso”, declaró el profesor Babacar Diop en una entrevista con la APS.
“Este es un problema de salud pública. Es común, está aumentando, es grave”, advirtió. Según el pediatra, lo grave en el caso de la diabetes tipo 1, “es la ley del todo o nada. Es decir, o se diagnostica y se trata, o el niño muere”.
Por el contrario, un adulto con diabetes puede vivir con la enfermedad durante cinco años, sin saberlo, señala.
Terapéuticamente, el seguimiento de los niños diabéticos se realiza en función de las particularidades, especialmente fisiológicas, de los más pequeños, explica el médico.
Según el doctor Diop, la diabetes tipo 1 está relacionada con la falta de insulina. “La insulina es esencial para la vida. Entonces, si no le damos insulina exógena, el niño puede morir”, advierte.
También a nivel evolutivo, explica que “las complicaciones son esencialmente agudas”. Dice que “puede poner en peligro la vida inmediatamente debido a la hipoglucemia y la cetoacidosis”.
En África, el 80% de los niños diabéticos no están diagnosticados
“El número de niños con diabetes está aumentando en todo el mundo. Hoy en día, hay aproximadamente 1.200.000 niños menores de 20 años que padecen diabetes en el mundo. La particularidad en África es que los últimos estudios han demostrado que el 80% de los niños diabéticos no son diagnosticados”, señala el pediatra.
Tomando el ejemplo de Senegal, sugiere que “si decimos que hay 1.000 niños diabéticos, es quizás porque hay otros 8.000 niños diabéticos que no se conocen”. Según él, “esto significa que mueren sin que nadie sepa de qué murieron”.
Ante esta situación, el profesor Diop cree que el reto es concienciar al personal sanitario y a la población en general para que se pueda realizar un diagnóstico lo más precoz posible.
Otro tema tiene que ver con el manejo de la enfermedad, subrayó. Señala que a principios de la década de 2000, “un niño con diabetes moría antes del aniversario de su diagnóstico”. Esto equivale a decir que en aquella época “la experiencia de vida de un niño diabético no superaba el año”. Esta situación justificó el establecimiento de un programa de apoyo.
“Gracias al apoyo de la Asociación Senegalesa de Ayuda al Diabético (ASSAD), tuvimos una colaboración público-privada que resultó en el establecimiento de un programa, llamado CDIC, Cambiando la diabetes en los niños, Cambiando la vida de los niños diabéticos, en francés. ” dijo.
“El niño diabético es mal atendido por los pediatras y mal atendido por los diabetólogos”, sostiene el especialista, refiriéndose a la situación que prevalecía antes de la implementación de este programa.
Según él, eran los diabetólogos adultos los que seguían a los niños, y estos “no se sentían cómodos” con ellos, mientras que los pediatras, especializados en el tratamiento de patologías ligadas a la infancia, “no se sentían cómodos con la diabetes”.
21 sitios de cuidado infantil, 450 agentes dedicados
El programa CDIC permitió así capacitar a 450 personal de salud en todo el territorio nacional.
Según él, este programa también permitió la creación de 21 centros de atención de la diabetes infantil, por lo que ahora en todas las regiones del país existen centros de atención de la diabetes infantil.
“Estos centros están equipados. Y los medios necesarios para el apoyo se proporcionan de forma gratuita. Se administra insulina y tiras que permiten controlar la glucemia, que son caras y se entregan gratuitamente gracias a esta colaboración público-privada”, afirma el pediatra.
Gracias a este programa también se realiza de forma gratuita la prueba de hemoglobina y azúcar en sangre que se realiza cada tres meses, añadió.
También se tiene en cuenta el aspecto de educación terapéutica, que equivale a “proporcionar al niño y a su familia las habilidades necesarias para cuidar de sí mismos”, explicó el médico.
En opinión del profesional, es importante que la familia y el niño puedan cuidar de sí mismos gracias al aporte de la educación terapéutica.
“Uno de los aspectos importantes de esta educación son los campamentos educativos que organizamos, lo que llamamos campamentos para diabéticos, en los que reunimos a más de 50 niños con todo el personal médico y paramédico que los acompaña durante tres o cuatro días.
El objetivo perseguido es contribuir “a la mejora del conocimiento en términos de cuidados, de alimentación, de estilos de vida, de cómo podemos vivir mejor con diabetes”, insistió Babacar Diop.
1.600 niños seguidos de 2008 a 2024
“Hoy, los últimos estudios que hemos hecho revelan una reducción drástica de la tasa de mortalidad con este programa”, señaló para saludarlo.
“Antes de que se instalara el programa, conocíamos a unos 250 niños a los que se había seguido. Desde el inicio del programa en 2008 hasta la actualidad, contamos con 1.600 niños. Esto significa que hemos mejorado los diagnósticos”, argumentó el pediatra.
Al mismo tiempo, la tasa de mortalidad cayó del 6,7% en 2016 al 2,9%, “una reducción de más de la mitad de la tasa de mortalidad”, se alegró el pediatra, añadiendo que el objetivo es llegar a cero muertes.
“Un niño ya no debería morir de diabetes si se hace el diagnóstico y la atención es la adecuada. Estamos en este orden”, continuó.
Complicaciones, fuentes de estrés entre los pacientes.
“Existe una complicación diaria que todos los padres de diabéticos temen. Es azúcar en sangre. Es realmente la pesadilla de las familias que padecen diabetes tipo 1”, afirma el médico.
“La insulina debe dosificarse para dar justo lo necesario. Si no hay suficiente, el niño desarrollará hipoglucemia o incluso cetoacidosis. Si hay muchos, el niño tendrá hiperglucemia”, señaló el pediatra. Por lo tanto, sostiene que existe un “medio feliz” entre la dosis de insulina y la ingesta de alimentos.
Un niño, para crecer, debe tener un aporte nutricional suficiente, recordó, señalando que un niño privado de la energía necesaria para su crecimiento no crecerá.
Esto justifica la importancia de darle suficientes calorías a través de su dieta, pero al mismo tiempo darle una dosis suficiente de insulina que le permita evitar la hiperglucemia.
“Este miedo a la hipoglucemia es algo cotidiano y que hay que tener en cuenta”, insiste Babacar Diop.
“Es normal que no tenga tiempo de desarrollar complicaciones crónicas”, señala el especialista. Pero con la mejora en la supervivencia, explica, “los niños están desarrollando complicaciones crónicas”.
Según él, todas las complicaciones observadas en los adultos se detectan también en los niños. Cita daños renales y oculares, “pero especialmente problemas de crecimiento y desarrollo. Un niño que no está bien equilibrado no puede tener un desarrollo normal”, advierte el especialista.
“Las complicaciones que vemos en los adultos, las pueden tener”, al mismo tiempo que se puede detectar en los niños, un “retraso en el desarrollo y crecimiento […] “, argumentó.
Garantizar la continuidad del programa, un imperativo para las autoridades
“La esperanza está en que un niño diagnosticado, bien atendido, pueda tener la misma esperanza de vida, en términos de éxito social y profesional, que un niño no diabético”, asegura el pediatra.
Sin embargo, invita a las autoridades a hacerse cargo de la continuidad del programa Cambiando la Diabetes en los Niños.
“Un programa tiene una vida útil. Tuvimos la suerte de poder renovar el contrato dos veces gracias a estos arrendadores. Pero un programa tarde o temprano acabará inevitablemente”, advierte Babacar Diop.
“Apelo a la buena voluntad, al ministerio, porque es función del Estado hacerse cargo de la salud de su población, hacerse cargo, perpetuar este programa”, dijo, haciendo campaña por la perpetuación del mismo. este programa.
A pesar de los esfuerzos, los niños siguen muriendo de diabetes tipo 1 e hipoglucemia, en particular. De ahí el interés, según él, de sensibilizar a las comunidades sobre el cribado de los niños en casos sospechosos, de modo que el seguimiento de los casos detectados esté garantizado en centros especializados.
NSS/SKS/BK/SMD