Mucho más eficaz que los bretones, Aviron Bayonnais ganó este sábado por la noche en el césped de Vannes. Victoria final con marcador de 27-21 para los vascos, que consolidan su plaza entre los 6 primeros. Para el RCV, que sigue colista del Top 14, supone una nueva derrota en casa.
Bayona afirma sus ambiciones. Vencedor, este sábado por la tarde, de su segundo partido fuera de casa esta temporada (21-27), el club dirigido por Grégory Patat consolida así su plaza entre los seis primeros. Los bayonnais anotaron tres tries en la primera parte, aunque no tenían mucho balón. Por su parte, el RCV, poco eficaz cerca de la portería contraria, sigue último.
En el invierno bretón, el primer período fue en general animado y bastante agradable. Fueron los locales los que más tuvieron el balón (64% de posesión), pero les costó mucho concretar sus jugadas cerca de las líneas. Frente al muro vasco, Maxime Lafage se encargó de anotar los primeros puntos de su equipo (3-0, 4º y luego 6-7, 27º). Los bretones, generosos en su esfuerzo, tuvieron que esperar hasta la media hora de partido para marcar un try. Lo fichó Paul Surano, en la esquina (11-14, 37).
Vannes retuvo el balón durante mucho tiempo, pero sólo anotó once puntos, a pesar de que los jugadores de Jean-Noël Spitzer jugaron la mitad del primer tiempo con superioridad numérica. De hecho, el equipo de Bayona, muy indisciplinado (11 penaltis encajados en el primer tiempo), recibió dos tarjetas amarillas por repetidas faltas (Manu Tuilagi en el 14, Esteban Capilla en el 28).
Esto no impidió que los socios de Baptiste Chouzenoux fueran tremendamente eficaces. De las pocas oportunidades que tuvieron durante este primer acto, se anotaron tres tries. El primero, fichado por Lucas Martín (3-7, 6º), llegó tras una gran contraataque del cielo y de los delanteros blancos. El segundo, marcado a la media hora de partido por Sireli Maqala (6-14, 32), llegó tras una buena irrupción de Cheikh Tiberghien en el centro del campo. Finalmente, fue Rodrigo Bruni, con fuerza, quien permitió a los visitantes tomar ventaja en el descanso (11-21, 40+1). Tenga en cuenta que este intento siguió a un error de Michael Ruru, quien concedió un scrum después de tardar demasiado en sacar la pelota de un ruck.
Bayona soñaba con la bonificación, pero se contentará con la victoria
La segunda mitad fue de menor calidad. Al principio eran los goleadores quienes hablaban principalmente. Maxime Lafage por Vannes (14-21, 42º), luego Joris Segonds por el lado de Bayon (14-24, 46º y luego 14-27, 53º) movieron el marcador.
Aunque algo retrasado en el marcador, el RC Vannes, empujado por su público, hizo esfuerzos increíbles para volver al juego. Los bretones tuvieron una larga secuencia cerca del arco celeste y blanco, alrededor de la hora tuvieron una serie de melés o penaltis con las manos. A Michael Ruru, lógicamente, se le negó el try por haber marcado en dos tiempos (66º). Un momento después, Mateo Carreras se hizo con el balón, tras una pequeña carga lateral de Sione Kalamafoni y Rowing dejó escapar un suspiro de alivio (68º).
Los visitantes incluso tenían argumentos para esperar una mejor victoria. En un saque de banda a cinco metros de la portería bretona, tras un magnífico 50-22 de Cheikh Tiberghien, Andy Bordelai no logró marcar, gracias a la buena defensa de Michael Ruru (73º). Finalmente tuvimos que esperar hasta el último minuto de este partido para ver un try en la segunda parte. Pat Leafa lo anotó con un balón acarreado. Maxime Lafage convirtió en córner (21-27, 80º) y el RCV tuvo su última munición.
Los compañeros de Francisco Gorrissen, aprovechando dos errores de Bayona, avanzaron por todo el campo, pero las esperanzas bretonas se desvanecieron cuando Francis Saili fue “encajonado” por Rodrigo Bruni, a 22 metros de Rowing.