El joven fue detenido el 15 de octubre, a última hora de la tarde, en la A2, en dirección Bruselas-París, en Vicq. A las 23 horas, los agentes de aduanas comprobaron un Renault Mégane, matriculado en Francia y conducido por Waleed D., en el que se encontraban 32 chalecos salvavidas, 3 bidones de gasolina y un bote inflable de 7 metros.
Privado de libertad, el joven admitió durante su custodia policial que necesitaba dinero. Una hora antes de ser controlado, había aceptado, por una remuneración de 300 euros, conducir un vehículo de “trabajo” que contenía un barco de pesca a petición de un hombre llamado Saif. En la audiencia ante el tribunal de Valenciennes, Waleed volvió a sus declaraciones, según La Voz del Norte. “La lancha, los chalecos y la gasolina eran para pescar, no sabía que eran para migrantes”, explicó.
Deprimido, intentó acabar con su vida en prisión
Sus explicaciones no convencieron al juez. Sobre todo porque “el uso de su teléfono permitió establecer una conexión con acontecimientos similares ocurridos en Hardelot-Plage la noche del 28 y 29 de septiembre”, escribe el diario francés.
El joven, sospechoso de ayudar a inmigrantes a cruzar ilegalmente el Canal de la Mancha, fue declarado culpable.
Waleed, que reside en Bélgica desde 2018, tras una infancia entre Turquía y Siria, deberá cumplir su condena en Francia. Deprimido, intentó poner fin a su vida en prisión.