Varios medios de Montenegro anunciaron la muerte de un ciudadano belga que detuvo su coche el miércoles para hacerse un selfie. Se dice que el hombre, cuya edad e identidad se desconocen, subió a una torre de observación para tomarse una foto cerca de Novoselje, cerca de la ciudad turística y costera de Petrovac. Luego resbaló y cayó aproximadamente 80 metros.
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Los medios locales no especifican si estaba solo o acompañado. Preguntado por el medio Vijesti, el jefe del Servicio de Protección y Salvamento, Dragan Božović, afirmó que los bomberos llegaron inmediatamente al lugar y sacaron al turista belga que resultó gravemente herido.
Expresa que este último daba señales de vida cuando fue encontrado pero rápidamente sucumbió a sus heridas. Nuestros colegas montenegrinos precisan que la policía de Budva ha abierto una investigación que tal vez podría decirnos más sobre las circunstancias de esta tragedia. Un estudio reciente nos dice que en todo el mundo se han producido poco menos de 400 accidentes mortales tras tomarse un selfie. Esta práctica a veces puede resultar peligrosa. A principios de junio, otro turista, un holandés, perdió la vida en el mirador de la Tumba del Gigante de Botassart, a 5 kilómetros de Bouillon. El hombre de 44 años, que participaba en una caminata con otros 4 compañeros, sufrió una caída fatal mientras se tomaba una selfie y caminaba hacia atrás. Se resbaló y cayó 10 metros más abajo. Los servicios de emergencia acudieron rápidamente al lugar pero la persona falleció durante el traslado.
Otras dos caídas ocuparon los titulares la primavera pasada. Esta vez, los turistas belgas no tomaron fotos pero corrieron la misma triste suerte mientras caminaban. Sucedió a principios de mayo en los Acantilados de Moher en Irlanda. Un estudiante de medicina de habla holandesa de la Universidad de Edimburgo resbaló y cayó desde una altura de más de 100 metros. Unas semanas después, una señora de Eeklo, de vacaciones con su hija en Gran Canaria (Tenerife), también se cayó mientras realizaba una caminata cerca del Roque Noble, el punto más alto de la isla. A sus 57 años, había caído desde una altura de casi 100 metros. Recientemente, otra caída que tuvo lugar en noviembre de 2015 volvió a ocupar los titulares. Era el de Dina, una waremiana de 30 años que había caído en Benidorm. Los investigadores explicaron que el belga se había caído tras hacerse un selfie. Lo cual su madre duda mucho.
