Ha comenzado el enfrentamiento entre Francia y los mercados financieros. Las tasas de interés alcanzan el nivel más alto desde 2012comparables a los de Grecia. Y es aún peor, porque en aquel momento también otros países del sur de Europa estaban en dificultades. Hoy, Francia está sola frente a esta crisis. Esta no es una crisis europea, sino una crisis francesauna situación sin precedentes desde la elección de François Mitterrand hace 40 años.
Quienes suben los tipos de interés son los prestamistas estatales franceses : gestoras de fondos de seguros de vida, aseguradoras y fondos de pensiones de todo el mundo. Cuando se vuelven cautelosos y menos dispuestos a prestar debido a temores sobre un prestatario, exigen tasas de interés más altas.
Vimos a Grecia alcanzar tasas del 25% en el punto álgido de la crisis hace 12 años. El país incluso tuvo que dejar de financiarse en los mercados y recurrir a la zona del euro y al FMI para obtener créditos aceptables. La lección de estas crisis es clara: En estas confrontaciones, siempre son los mercados los que ganan, lo que obliga a los Estados mal gestionados a ceder.. Este viernes por la tarde nos espera una nueva prueba con el veredicto de la agencia de calificación Standard & Poor’s. Sería sorprendente que la calificación financiera otorgada a Francia fuera positiva.
¿Vivimos bajo la dictadura de los fondos de pensiones?
Cuando un país se endeuda demasiado, se pone bajo la influencia de sus acreedores. Es una triste realidad. Francia perdió su soberanía bajo la presidencia de Macron. Hoy en día, es uno de los estados que más se endeuda en el mundo, con más de 300 mil millones de euros al año. Esto representa el 45% del endeudamiento de los estados de la zona del euro, mientras que Francia sólo representa menos del 20% de la economía general.
Lo que exigen los mercados es un plan creíble de recuperación de las finanzas públicas. No por fetichismo, sino simplemente para tener la certeza razonable de ser reembolsado.
¿Qué pasa si no obtienen lo que quieren?
Un nuevo actor podría entonces intervenir en el debate presupuestario francés: antes de Cristo (Banco Central Europeo). Sólo él puede calmar los mercados prestando a Francia en lugar de inversores reacios. Sin embargo, la intervención del BCE requiere el acuerdo de la zona euro, en particular el de los alemanes. Más actores nuevos para debatir la política económica y presupuestaria francesa.
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