Una acusación antes de su tiempo. Sucede, durante un proceso, que un testigo es más severo que el fiscal. A veces también hay menos matices. El Imam Hassen Chalghoumi no es fiscal, pero es poco más que un testigo: él mismo fue víctima de las acciones de uno de los acusados en el proceso por el asesinato de Samuel Paty, el agitador islamista Abdelhakim Sefrioui, juzgado por haber emprendió la campaña de odio que será fatal para el profesor.
Leer también | Artículo reservado para nuestros suscriptores. En el juicio por el asesinato de Samuel Paty, el “modus operandi” del agitador islamista Abdelhakim Sefrioui
Leer más tarde
“Sin este individuo, Samuel Paty todavía estaría en su clase”criticó al imán de Drancy (Seine-Saint-Denis), el miércoles 27 de noviembre, ante el tribunal especial de París. Abdelhakim Sefrioui es un viejo enemigo de Hassen Chalghoumi. Entre enero y abril de 2010, al frente de su colectivo Cheikh Yassine, organizó numerosas manifestaciones muy virulentas contra el imán, al que criticó por haber tomado una posición “contra el uso del velo integral”. Este último, objeto de amenazas de muerte, tuvo que ser puesto bajo protección policial.
Desde el inicio de su testimonio pudimos calibrar el legítimo resentimiento que el testigo guarda contra el acusado desde hace casi quince años. “Mi vida ha terminado desde que Sefrioui entró en mi vida. Soy el único imán del mundo que predica con chaleco antibalasespetó visiblemente conmovido. Tomar un café en una terraza se ha convertido en un consuelo para mí, sólo puedo hacerlo en países que no me conocen. La gente puso precio a mi cabeza en 250.000 euros…” Y como el acusado tiene “ destruido » su vida convirtiéndolo en un “ objetivo », el imán está convencido de que él también es culpable de haber eliminado el de Samuel Paty.
“Este hombre puso una fatwa sobre mi cabeza”
Por lo tanto, Hassen Chalghoumi dedicará todo su testimonio a denunciar el “ peligrosidad » de su mejor enemigo, comparando la campaña de desprestigio que sufrió en 2010 y la camarilla lanzada contra el profesor diez años después. Primer elemento del método Sefrioui: la manifestación. En enero de 2010, dice, los activistas de su colectivo “Cuando entramos en la mezquita, nos vimos obligados a dejar de predicar durante varias semanas”. Durante una reunión con el director del colegio Samuel Paty, el agitador también amenazó con organizar una manifestación frente al establecimiento.
Segundo instrumento: cobertura mediática. “Trajo a medios extranjeros, como Al-Jazeera. Mi cara estaba por todas partes. Este hombre puso una fatwa en mi cabeza.. Incluso filmaron a mi esposa y la insultaron en los mercados…” El agitador, de la misma manera, grabó un vídeo y contactó con el canal qatarí Al-Jazeera cuando retomó la polémica por la trayectoria de Samuel Paty.
Te queda el 64,22% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.