Una auditoría del Centro de Estudios y Experiencia en Riesgos, Medio Ambiente, Movilidad y Desarrollo (Cerema) analizó el estado de cerca de 60.000 estructuras en todo el país. Se cerraron urgentemente unos 400 puentes.
En Ménesqueville, en Eure, el alcalde examina el estado de un puente de casi dos siglos de antigüedad. “Hace décadas que falta mantenimiento; las últimas obras importantes se realizaron hace unos sesenta años”, lamenta Dominique Cahagne.
Este patrimonio envejecido es objeto de especial atención, sobre todo desde el colapso del puente italiano en Génova en 2018, que causó más de cuarenta muertes. El Centro de Estudios y Experiencia sobre Riesgos, Medio Ambiente, Movilidad y Desarrollo (Cerema) comparte con BFMTV las conclusiones de una auditoría privada realizada sobre el estado de los puentes viarios municipales en Francia.
Se considera que sólo una cuarta parte de estas casi 60.000 estructuras, que incluyen puentes y muros de contención, están en buenas condiciones.
400 puentes cerrados
Alrededor de 10.000 (25%) puentes municipales necesitan obras de corta duración, ya sea reparación o sustitución completa, de los cuales más de 3.000 (casi el 8% de los puentes analizados) requieren medidas de emergencia porque presentan “fallos estructurales importantes”.
Este estudio provocó el cierre inmediato de 400 puentes en todo el país, mientras que 1.500 vieron reducido su tonelaje, es decir, que los vehículos que superen un determinado peso ahora tienen prohibido circular por allí.
Este estado de deterioro que afecta a cerca de 10.000 puentes municipales en Francia “está relacionado con la falta de mantenimiento y el envejecimiento”, explica David Zambon, director de infraestructuras de transporte y materiales de Cerema.
“El primer tipo de daño se produce cuando el agua se infiltra en el interior con la vegetación en crecimiento: esto la vuelve frágil con el tiempo y requiere trabajos de impermeabilización y reparación”, explica.
“Existen además otros tipos de daños, como el hormigón que envejece mal o los sistemas de hierro que se oxidan”, añade el especialista.
Las estructuras más afectadas son aquellas que están sujetas al tráfico rodado o que pueden resultar dañadas por un río que fluye por debajo.
750 millones de euros
Según David Zambon, el coste de reparación de los 3.000 puentes que requieren obras de emergencia se estima en 750 millones de euros, “una cantidad elevada, que hay que comparar con el número de obras”.
De hecho, se trata de municipios pequeños, que no necesariamente cuentan con un agente calificado para mantener este patrimonio. En Eure, tres puentes requieren obras importantes con un coste de 640.000 euros. “Hemos solicitado subvenciones a los servicios estatales y departamentales”, explica François Baldari, vicepresidente de la comunidad de municipios de Lyon Andelle.
David Zambon también indica que se ha puesto en marcha una primera oleada de programación de obras de reparación por un importe de 50 millones de euros.
Eventos climáticos extremos
Debido al mal tiempo sin precedentes que afectó al departamento de Var a finales de octubre, se derrumbó un puente en Le Muy. “Las lluvias torrenciales y los fenómenos excepcionales pueden derribar una estructura incluso si ha sido mantenida adecuadamente”, observa David Zambon.
La intensificación y multiplicación de los fenómenos extremos vinculados al cambio climático aceleran el desgaste de los puentes. “Los puentes que salvan los ríos están debilitados por las inundaciones y las sequías”, indica David Zambon a Libération.
“También hay movimientos del suelo, en algunos lugares contracción e hinchazón de las arcillas. Todos estos fenómenos se están acelerando y no ayudan”, añade, precisando que en los futuros trabajos se tendrán en cuenta las cuestiones relacionadas con los cambios en las condiciones climáticas.
Este martes 26 de noviembre se abre en Toulouse el juicio por el derrumbe del puente de Mirepoix-sur-Tarn en noviembre de 2019, que dejó dos muertos tras el paso de un camión por este puente construido en 1935.
Willem Gay, Blandine d’Alena, Vincent Serron y Salomé Robles