Matthieu Jalibert, Charles Ollivon, Gaël Fickou, Grégory Alldritt… Cada uno a su manera, ejecutivo o miembro esencial del grupo francés, vieron evolucionar su situación durante noviembre fruto de una mayor emulación interna.
Diga lo que diga Fabien Galthié, apegado a la continuidad de su flecha del tiempo, esta gira habrá marcado una evolución notable en la gestión de su grupo. Los ejemplos son demasiado numerosos para ser simples coincidencias: con la retirada de Matthieu Jalibert y luego de Grégory Alldritt y los pasajes temporales en el banquillo de Gaël Fickou y Charles Ollivon, sus elecciones fueron más marcadas, más llamativas que nunca. Entre la política de hombres en forma (una consideración muy relativa) y la preocupación por la gestión de la energía (al mismo tiempo un pretexto ideal y un problema inevitable para el rugby francés), las cartas se han redistribuido en parte. Y los códigos han cambiado, tanto en fondo como en forma. Al afirmar que “León (Barré) dejó un poco de espacio en sus actuaciones” y que el tenia “Necesitamos determinación y jugadores fuertes”, Al hablar del caso Jalibert, el jefe de los Bleus claramente fortaleció su discurso. Los lugares se han vuelto más caros y los estatus menos obvios: “También es genial tener diferentes perfiles y personas en cada puesto: permite que cada uno se supere a sí mismo, no se sienta realizado ni seguro”valida Gabin Villière.
Un marco, de todos modos
La emulación se reforzó en la gira: “Cuantos más haya, mejor para la selección francesa”dio la bienvenida el entrenador el viernes por la noche. En la columna izquierda, donde Jean-Baptiste Gros y Reda Wardi se alternaron con éxito a la espera de un posible regreso de Cyril Baille, en la derecha, donde Tevita Tatafu y Georges-Henri Colombe han demostrado en general que hay que tenerlos en cuenta, en tercera posición. En línea con el ascenso al poder de Alexandre Roumat y del poderoso Paul Boudehent o incluso en el centro donde se disputan los contendientes, “Galette” se enfrenta a una difícil elección. Evidentemente percibe esta abundancia de bienes como la base de una “saludable” competencia para incluso levantar a todos. En este sentido, la actuación de Charles Ollivon contra Argentina le da la razón, a la espera de ver qué efecto tendrá la no selección contra los Pumas en Grégory Alldritt, pasado – momentáneamente, seamos claros – de capitán a reservista en el interior. diez meses. Ausente en noviembre, Romain Ntamack también tendrá que trabajar duro para encontrar su número 10, lucido tan brillantemente por Thomas Ramos.
si el “Nunca hay consuelo para nadie”lo cierto es que se va perfilando un marco de cara al Torneo: con Peato Mauvaka pisándole los talones; el enganche complementario Flament-Meafou en la jaula; el imprescindible Dupont -aunque haya experimentado el derroche- y Ramos -sea cual sea el número mientras esté en la ficha- como custodios del partido; y las flechas Penaud-Bielle-Biarrey -principal satisfacción individual de la vuelta- en las bandas. Salvo problema, sin duda todos estarán en el terreno de juego cuando comience el Torneo. Sabiendo muy bien que Marchand, Guillard, Barré y otros Villières presionarán con fuerza. Y que Fabien Galthié vigile las cosas.
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