A dos pasos de los grandes almacenes, Onyx impresiona con su pared de ágata de 4 metros y deleita con su refinada bistronomía francesa.
Entre dos salidas de compras a las Galerías Lafayette o al Printemps Haussmann, ahora es posible hacer una parada en Onyx, un restaurante bistronómico inaugurado recientemente por el grupo Marki & co – ya en el origen de Sphere, Shiro, Ao Izakaya y TO.
Al acceder al local, la decoración firmada por dúo de arquitectos Anegil impresiona, especialmente el Muro de ónix de 4 metros de altura. que da nombre al restaurante y que ocupa toda una zona del establecimiento, desde el suelo hasta el techo. Retroiluminada, deja pasar con gracia las venas delágata.
Detrás del mostrador de la cocina, el Chef Benjamín Marotineque ha trabajado con Thoumieux, Les Ombres y Spoon, imagina la cocina francesa con acentos gastronómicos, inspirándose en las culturas que encontró durante sus viajes, como Camboya.
Al mediodía, menú de almuerzo más bien enfatiza Creaciones franco-francesas a un precio bastante razonable. para el distrito: 35€ para el menú de entrada/plato principal o de plato principal/postre, 42€ para el menú de entrada/plato principal/postre, a elegir, no obstante, sólo entre los platos marcados con un asterisco. Todos los platos probados en este artículo se ofrecen en dicho menú de almuerzo.
Allí encontramos, al inicio de la temporada invernal, una sopa de nabos (16€) cubierto con un coulis de berros, pechuga de ternera confitada y picatostes bien untados con mantequilla, o incluso un brandada de eglefino (18 €), menos conocido que su primo el bacalao, y acompañado de col rizada al vapor, alcaparras y patatas nuevas al azafrán, sólo para empezar.
El pescado del dia (29€) está, por su parte, rodeada de una variación de zanahorias (en nata, en reducción, además de zanahorias baby) y jengibre, mientras que el carne de vacuno (29€), puré de patatas y salsifí asado, deleita por su ternura y aspecto confitado.
Si el Paris-Brest y el exclusivo 1000 hojas con vainilla asada, caramelo y haba tonka ya han recibido los honores de los golosos, el en basbou (15€), un pastel de sémola que existe en multitud de variantes en Grecia, Turquía o incluso el Líbano, se adorna aquí con un confitado y un almíbar de cítricos, un sorbete de mandarina, un sifón de azahar y almendras laminadas tostadas, para terminar con un toque ligero y ligeramente dulce.
Esta prueba se realizó como parte de una invitación profesional. Si su experiencia difiere de la nuestra, háganoslo saber en los comentarios.