Treinta y una rosas blancas fueron arrojadas al puerto de Dunkerque (Norte) el sábado 23 de noviembre. Treinta y uno, como el número de personas muertas o desaparecidas en el mar la noche del 23 al 24 de noviembre de 2021, frente a la costa de Calais (Paso de Calais). Más de 200 personas se reunieron en las calles de Dunkerque para conmemorar el tercer aniversario del naufragio de inmigrantes más grave en el Canal de la Mancha desde la explosión, a finales de 2018, del fenómeno conocido como “small boats”, estos botes inflables improvisados. a bordo desde el cual los inmigrantes intentan llegar a Inglaterra. “Francia no permitirá que el Canal de la Mancha se convierta en un cementerio”, había prometido el presidente de la República, Emmanuel Macron, el día de la tragedia. Sin embargo, aunque el año no ha terminado, al menos 72 inmigrantes han muerto intentando llegar a Inglaterra en barco, según un recuento de la prefectura de Paso de Calais. Esto es más que el número total de personas que murieron en el Canal de la Mancha en los últimos cinco años combinados. ¿Se ha acostumbrado Francia a lo peor?
En la tarde del 24 de noviembre, Macron y el entonces primer ministro inglés, Boris Johnson, acordaron “la emergencia” intensificar la lucha contra los cruces. En 2021, más de 28.500 personas lograron llegar a Inglaterra en bote pequeño. El año 2022 fue un año récord con casi 46.000 cruces. Tras un ligero descenso en 2023, desde principios de 2024, casi 34.000 personas han cruzado el estrecho de Paso de Calais en frágiles embarcaciones.
Son afganos, iraníes, eritreos, vietnamitas, turcos, sirios, sudaneses e incluso iraquíes. Según datos del Ministerio del Interior británico analizados por el Observatorio de Inmigración de la Universidad de Oxford, el 93% de las personas que cruzaron el Canal de la Mancha entre 2018 y marzo de 2024 solicitaron asilo. Y hasta ahora, alrededor de tres cuartas partes han obtenido protección.
“Romper la cadena de suministro”
La mayoría paga entre 1.500 y 2.500 euros por la travesía. “Las redes de contrabando, principalmente iraquíes-kurdas, compran motores y botes inflables en China. Se entregan en Türkiye y luego se transportan a Alemania para almacenarse allí antes de cruzar”.explica Xavier Delrieu, jefe de la Oficina de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Migrantes, cuyos recursos se incrementaron tras el naufragio de 2021 y que desmantela entre veinte y treinta redes cada año. “Estamos intentando romper la cadena de suministro, pero es un poco como el narcotráfico: por mucho que se desmantelen las redes, ésta vuelve a crecer”reconoce el comisario, quien señala además que las investigaciones se vuelven más complejas con el aumento del número de víctimas.
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