lo esencial
Nada va bien en el mundo de la ayuda a domicilio. Casi un centenar de ellos, de los 660 del Lot, se reunieron este sábado en Cahors para expresar su enfado y su preocupación. Esto bajo las banderas CGT, FO y CFDT, exigiendo en particular “un aumento salarial y una mayor consideración de su profesión”. El conmovedor testimonio de Sandra da peso y resonancia al SOS lanzado.
¡Sonó en la rotonda de Regourd! ¿El gobierno de Barnier escuchará el SOS de los empleados de la estructura Lot Aide à Domicile, reunidos este sábado, en un momento en el que también se prevén recortes drásticos en este ámbito? Debilitadas “moral y físicamente”, afirman, las ayudantes a domicilio siguen siendo combativas.
Confían en la fuerza de su colectivo para que su discurso llegue lejos, alto y claro para revertir notorias injusticias que denuncian sin ironía.
Pascale Fontaine, Roselyne Vidaillac y Danielle Prévautel, en representación de CFDT, FO y CGT respectivamente, exigen al unísono “un reconocimiento real de nuestra profesión y de su realidad. Los salarios son demasiado bajos”.
Toda la angustia de las ayudantes a domicilio en manos de Sandra
La movilización de hoy consistió en concienciar a los automovilistas de esta transitada ruta sobre las dificultades de la profesión de ayuda a domicilio. Dificultades perfectamente resumidas aquí por Sandra, una empleada doméstica no sindicalizada, que utiliza su libertad de expresión para apoyar a sus colegas, nuevos y antiguos.
“Nuestra amplitud a veces supera las 10 horas hasta llegar a las 12. Esto nos impide tener una vida familiar, por ejemplo, terminamos de limpiar a las 6 de la tarde y luego esperamos una hora en el coche antes de preparar una comida en otro lugar. En estos tiempos de inactividad tenemos que mostrar empatía. Por ejemplo, no me imagino yendo a darle de comer a alguien a las 6:15 p.m. Terminamos muy cansados emocional y físicamente. ¡mis manos! dice, señalando algunos puntos rojos. Eczema.
“Un alto índice de ausentismo”
Roselyne Vidaillac vuelve a tomar la palabra e insiste en la necesidad de “crear un convenio colectivo único y homogéneo para todas las estructuras de ayuda a domicilio. Todavía hay demasiadas diferencias con la ADMR (Ayuda a domicilio en el medio rural). Pero no es así. Trabajamos más de 10 horas al día. Trabajamos demasiados kilómetros. revalorizado Tanto si eres de LAD como de ADMR, la fatiga es la misma, pero no la remuneración. Esta fatiga genera un alto índice de ausentismo.
Atendiendo a 3.000 personas diariamente en el Lot
Roselyne Vidaillac, relativamente preocupada, golpea la mesa con el puño y hace una amarga observación de “las dificultades que atraviesan estructuras como la nuestra. Se han recortado los presupuestos. Nuestros salarios no han aumentado a pesar de la inflación. Ayudamos a 3.000 personas en el Lot. La profesión es muy importante en este departamento, que tiene la segunda población más anciana de Francia”, recuerda.
Cada vez más accidentes laborales
Por su parte, Pascale Fontaine señala algunos hechos muy lamentables: “Hay que saber que esta es la profesión en la que se producen más accidentes laborales. Y esto va en aumento. El primero de ellos se refiere a la manipulación de personas. Nosotros también lo sufrimos”. Levantamos pesas, cuerpos que tenemos que cuidar mucho, a veces son caídas y lesiones”, añade.
“El gobierno se olvida de tener en cuenta las penurias”
“Trabajamos con personas al final de sus vidas. Tenemos que gestionar su gran debilidad, así como el mal humor de los cuidadores. Sin embargo, no estamos aquí para juzgar a los cuidadores”, continúa el representante de la CFDT.
Danielle Prévautel no puede hacer nada mejor que defender su profesión, una vez más sobre el tema de la dificultad.”Se nos habla de la vejez, pero el gobierno no nos tiene en cuenta, ya que olvida todas las dificultades”.
Las manos de Sandra demuestran esta dificultad, en todos los niveles. Son rojos, como sus ojos a veces. Su eccema refleja su emoción, la ausencia de ocio y de una vida privada que le permitiría despejar su mente ahogando, en un poco de placer, toda la dificultad de una profesión que deja huellas en el cuerpo y en la mente.