Cada año en Bélgica, casi el 1% de los recién nacidos mueren al final del embarazo o en los días siguientes al nacimiento. Estas tragedias, a menudo desconocidas, dejan a las familias en un dolor inmenso, donde el reconocimiento de su dolor se convierte en un paso esencial.
El 10 de agosto de 2023 quedará grabado en la memoria de Élodie Schepers. Dos semanas antes del final de su embarazo, ya no siente que su bebé se mueve. A pesar de la esperanza, el diagnóstico es claro: el corazón de su hijo Liam se ha detenido.
Debe afrontar lo insoportable y dar a luz por vía vaginal. Un momento de extrema intensidad emocional. “Es un calvario, es terrible. Hasta el final pensé que estaban equivocados. Escuché si no estaba llorando cuando salió.“, confiesa.
En los días siguientes, Élodie decidió pasar el mayor tiempo posible con su hijo antes de su funeral. “Lo abracé, le di mimos… Necesitaba ese contacto. Lo sostuve muy fuerte contra mi estómago.“, recuerda.
Apoyar a los padres en duelo
En el centro hospitalario regional de Sambre et Meuse se ofrece atención específica a las familias que se enfrentan a la mortalidad perinatal.
Cécile Merveille, matrona experimentada, explica la importancia de estas acciones: “Si estos padres quieren ver a su bebé diez veces al día, pueden hacerlo. Si la familia o los hermanos quieren conocer al bebé, también es posible.“
Según ella, el parto vaginal juega un papel central en el proceso de duelo. “Esto les permite darse cuenta de que fueron madres, que dieron a luz a este niño, aunque la historia termine abruptamente.“
La asociación “Más allá de las nubes” también interviene para inmortalizar estos momentos íntimos. Fotógrafos voluntarios capturan momentos llenos de amor. Estas fotografías se convierten en un tesoro para los padres.
“Necesitan hacer realidad estos recuerdos, para mostrárselos a quienes los rodean.“, subraya Anne-Astrid De Vos, coordinadora de la asociación. En 2023, Valonia registró 216 niños nacidos sin vida y 46 muertes en los primeros siete días de vida, de 32.623 nacimientos.
Un registro para dar existencia a estas “estrellas”
Para Anna-Maria Polizzi, voluntaria de la asociación, inscribir a los bebés en un registro específico es un paso imprescindible: “No está vinculado a la edad gestacional. Ya sea un aborto espontáneo de dos semanas o una tragedia que ocurrió hace 40 años, siempre es posible registrar a su estrella.“
Chaumont-Gistoux fue el primer municipio en establecer este registro, seguido por otros 117. Para el alcalde Bérangère Aubecq, “escribir una estrella es reconocer el sufrimiento, una esperanza que no se ha materializado“.
Cerca de la tumba de Liam, Élodie confiesa que nunca volverá a ser la misma: “Una parte de mi corazón se fue con él. Nunca lo superaré, pero estoy aprendiendo a vivir con ello.“
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