“Dentro de diez o veinte años ya no tendremos otra opción. Necesitaremos barcos con cero emisiones. Este es un primer paso. » Las palabras de Laetitia, estudiante de 17 años, resumen toda la ambición que rodea al nuevo barco de la escuela secundaria marítima de Bastia (Alta Córcega), inaugurado el viernes 15 de noviembre.
Bautizado como “Alba” (amanecer, en Córcega), este barco de 20 m de eslora tiene la particularidad de funcionar únicamente con hidrógeno libre de carbono. “Para que no contamine”, asegura Julien Cometto, director suplente del establecimiento. Se trata del primer barco profesional sin emisiones de Francia. »
Una vocación de ejemplaridad ecológica que lleva a cabo el instituto marítimo, que también resulta de especial interés para sus 183 alumnos: serán los primeros, en el mercado laboral nacional, en formarse en mantenimiento y manejo de este tipo de embarcaciones. “Un gran motivo de orgullo”, para Yuna, estudiante de BTS, así como un “beneficio inesperado en términos de integración profesional”, como afirma Laetitia.
Una idea que parece comprobarse desde el día de la inauguración. “Entre el público se encontraba un hombre que actualmente está construyendo un barco de este tipo. Ya me ha asegurado que está interesado en nuestros estudiantes para su equipo”, confiesa Julien Cometto. Un logro para el director, que junto a su equipo lleva cuatro años llevando adelante el proyecto. Inspirado en el catamarán de hidrógeno Energy Observer, “Alba” fue financiado con 4 millones de euros por el programa France Relance y producido íntegramente por empresas francesas.