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Una amistad en 90 obras
Detalle de La Bourguignonne (1918) de Amedeo Modigliani, presentada en la exposición “Modigliani-Zadkine, una amistad interrumpida”, museo Zadkine, París, 2024 (©Guy Boyer).
Creada por Thierry Dufrêne y Cécile Champy-Vinas, la exposición mezcla sabiamente 90 obras de los dos artistas que muestran sus puntos de convergencia y sus diferencias, y luego recuerda el Montparnasse de los años 20 con Soutine, Max Jacob y Chana Orloff. Una sala explica la importancia de Zadkine en el mito de Modi el maldito, tras la muerte prematura del artista italiano. En sus Memorias, Zadkine lo describe como “un auténtico brote montparnasiano que no duró mucho”.
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Similitudes formales
Izquierda: Beatrice Hastings (1915) de Amedeo Modigliani, presentada en la exposición “Modigliani-Zadkine, una amistad interrumpida”, museo Zadkine, París, 2024 (©Guy Boyer).
Notable por su intensidad, la primera sala demuestra los vínculos entre las producciones de los dos amigos. Aquí, por ejemplo, la cabeza inclinada del Efebo de Zadkine responde a la inclinada hacia la izquierda del retrato de Beatrice Hastings, la “hermosa inglesa” amada por Modigliani. Un poco más lejos, los perfiles esculpidos o dibujados por los dos artistas resaltan su inspiración egipcia, pómulos altos y ojos almendrados.
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Una diferencia en expresividad.
En el centro: Hermafrodita (1914) de Ossip Zadkine, presentada en la exposición “Modigliani-Zadkine, una amistad interrumpida”, museo Zadkine, París, 2024 (©Guy Boyer).
Si en la obra de Modigliani los rostros alargados y estilizados están imbuidos de suavidad, los de Zadkine, en cambio, tienen una fuerza y una severidad muy diferentes. Mientras Modigliani enfatiza el pulido y el brillo de la piedra (abandonó la escultura en 1914 por consejo de su marchante Paul Guillaume), Zadkine talla granitos y maderas cuyas vetas magnifica. Por un lado la idealización, por el otro la expresividad.
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El estallido de la guerra
Dos desnudos (1920) de Ossip Zadkine, presentados en la exposición “Modigliani-Zadkine, una amistad interrumpida”, museo Zadkine, París, 2024 (©Guy Boyer).
Durante la guerra, los dos amigos se separaron. Modigliani quiere incorporarse pero es dado de baja por su frágil salud. Zadkine, aunque también extranjero, va al frente, es gaseado en champán y debe regresar a París. Pero en 1918 Modigliani y su compañera, Jeanne Hébuterne, se refugiaron en el sur de Francia mientras Zadkine partía hacia Quercy. Al final de la guerra, sus lazos de amistad se rompieron y, dos años después, en el funeral de Modigliani, Zadkine ni siquiera estuvo presente.
Derecha: Músico y maternidad (1919) de Ossip Zadkine, presentada en la exposición “Modigliani-Zadkine, una amistad interrumpida”, museo Zadkine, París, 2024 (©Guy Boyer).
A la línea serpentina amada por Modigliani, Zadkine prefiere los lados cortados y las facetas cubistas. En estas dos esculturas que representan siluetas femeninas no busques la sensualidad de los desnudos de Modigliani. En Zadkine, el cuerpo se vuelve pesado, macizo, musculoso. Los rostros cortados con un cuchillo se adaptan al bloque, incluso si eso significa adoptar una pose antinatural. Por no hablar del bebé de la Maternidad que parece un muñeco de trapo, rígido y apretado contra el vientre de su madre.
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Escultura y arquitectura
Derecha: Cabeza de hombre (1918) de Ossip Zadkine, presentada en la exposición “Modigliani-Zadkine, una amistad interrumpida”, museo Zadkine, París, 2024 (©Guy Boyer).
Ya en 1912, Modigliani planeó presentar cabezas esculpidas y cariátides, que recuerdan al arte indio o camboyano, en un templo en honor a la Humanidad. Zadkine, por su parte, imagina un espacio para albergar sus obras en tres dimensiones. Aunque ninguno de los dos logra sus objetivos, los dibujos recuerdan su interés común por los vínculos entre escultura y arquitectura.