“No lo queremos”: estos habitantes de La Mancha luchan contra un gigantesco proyecto de invernadero

“No lo queremos”: estos habitantes de La Mancha luchan contra un gigantesco proyecto de invernadero
“No lo queremos”: estos habitantes de La Mancha luchan contra un gigantesco proyecto de invernadero
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En Isigny-le-Buat, en La Mancha, hay un invernadero gigante donde se producen miles de tomates.

Los residentes, que ya se quejan especialmente de la contaminación lumínica, luchan contra un proyecto de ampliación.

La noticia de TF1 llegó al sitio.

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La 1 p.m.

En las imágenes del informativo TF1 visibles en la parte superior de este artículo, un edificio ilumina la noche en Isigny-le-Buat (La Mancha). Pero no es una discoteca. “Al otro lado de la calle se encuentran los invernaderos de tomates del Mont-Saint-Michel”nos muestra Christophe Poulain, obtentor y miembro del colectivo “Stop tomates industriales en Isigny-le-Buat”. Una empresa holandesa quiere transformar su ya inmenso megainvernadero (nueva ventana) en la mayor fábrica de tomates de Europa. Pasaría de 12 a 32 hectáreas, o 45 campos de fútbol. Un establecimiento que está revolucionando todo un sector. “Los jóvenes agricultores que quieran continuar un poco en la agricultura tradicional pueden plantearse grandes preguntas, aunque sólo sea en relación con la adquisición o la explotación de la tierra”continúa Christophe Poulain.

El ayuntamiento rechaza el proyecto tal y como está

Pero no es el incremento del precio de venta de los solares lo que preocupa al Estado con este proyecto de ampliación. “No se cumplen las condiciones para conceder una exención de la protección de especies protegidas y todos los impactos sobre los recursos hídricos no están suficientemente evaluados”.estima el prefecto de La Mancha.

En el pueblo, el invernadero calentado por gas y sus miles de bombillas eléctricas se dividen. “Somos una ciudad pequeña y creo que tener invernaderos de tomates genera empleo”.confiesa una mujer. Otro continúa: “Por ahora, francamente, ya tenemos suficientes tomates”. Un hombre también es crítico: “Los tomates son de mayo a septiembre”.

El ayuntamiento tampoco quiere el proyecto tal como está. “El expediente que se presentó no correspondía a lo que esperábamos. No tuvieron en cuenta el aspecto social, por ejemplo, en particular en lo que respecta al alojamiento de los empleados”.detalla Frédéric Laheurte, primer teniente de alcalde, responsable de Planificación Regional y Medio Ambiente.

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En cuanto a las molestias visuales, el grupo ha instalado persianas opacas desde su llegada hace cuatro años. Pero temprano en la mañana, a veces parece una aurora boreal. “Basta con que haya nubes, si las cortinas opacas al nivel del techo están abiertas, eso es lo que tenemos en términos de vista, en términos del cielo”nos muestra, en la foto de apoyo, Odile Marqué, portavoz del colectivo “Stop a los tomates industriales en Isigny-le-Buat”. Y para resumir: “No queremos invernaderos”.

Cuando se contactó con ella, la empresa no quiso hacer comentarios. Próximamente podría surgir un nuevo expediente de autorización ambiental.


El equipo editorial de TF1info | Informe TF1: M. Renaudet, X. Thoby

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