Stéphane sube por el sendero entre sus ciruelos que han perdido sus hojas durante el invierno. Son 80 hectáreas, plantadas por su abuelocon 30 hectáreas de nogales y otras 10 de avellanos. “Sólo producciones que sufrieron”respira el agricultor de 59 años. “Nos hemos congelado en un 88% en 2021, en un 95% en 2022. Este año es mejor, pero sufrimos la escasez acumulada en los últimos tres años”. Acaricia mecánicamente la rama de un ciruelo: “Este árbol no tuvo ciruelas este verano. Ésta, ésta, ésta…” dijo, señalando una fila entera. “No podemos arreglárnoslas. Con todos los créditos de esta granja, ¿qué esperas que haga?”
El productor de ciruelas vende sus ciruelas con pérdidas. Normalmente, son 30 hectáreas de nogales y otras 10 de avellanos las que lo compensan. No este año. “Y además están todos los precios de los insumos que están aumentando: un pequeño tractor arborícola que hace tres años costaba 45.000 euros, hoy cuesta 60.000”. Stéphane se quedó sin dinero al final del veranohasta ya no poder pagar ni siquiera los 62€ de la factura de la luz.
Un grito de auxilio en octubre
Fue cuando se dijo a sí misma que ya no podría pagar a los trabajadores agrícolas que lanzó un llamamiento de ayuda a su banco, a la prefectura y a su sindicato : “El estrés, la angustia, la soledad, estoy acostumbrado a lidiar con eso, pero al decirme de repente que mis empleados han trabajado por la cosecha, que están haciendo todo lo posible, siento que dije: voy a tener. “Para decirles que se acabó, que ya no tengo con qué pagarte”.
El hombre de cincuenta años estaba acompañado, recibe ayuda de una asociación“Clavage cero”, que ayuda a los agricultores en dificultades. Está volviendo a la normalidad, pero las dificultades de su explotación siguen siendo muy reales.
“No sé cómo demostrarlo”
Ira agrícola, manifestaciones, Stéphane las comprende. Pero ella se siente muy lejos de todo eso. : “No sé cómo manifestarme, no sé cómo bloquear a la gente. Estoy más cerca de autodestruirme que de molestar a la gente. Y muchos de nosotros estamos así, en silencio, diciéndonos: esto va a parar”. . La miseria terminará y podremos descansar”.
Mira los capullos que ya crecen en sus ciruelos, la promesa de frutos para el próximo verano. Una helada en el momento equivocado en marzoy todo puede colapsar en unos días.