Todo un símbolo. En la tribuna presidencial, el Jefe de Estado y el embajador israelí, Joshua Zarka, están sentados uno al lado del otro. Hablan “mucho”, señala uno de sus vecinos. En la misma fila, entre los funcionarios se encontraba un enjambre de guardaespaldas del diplomático del Estado judío. Este partido Francia-Israel está plagado de cuestiones políticas y de seguridad.
Al llegar al lugar unos minutos antes del inicio del partido, Emmanuel Macron, acompañado por Michel Barnier, saludó uno por uno a todos los presentes: en particular a Nicolas Sarkozy, Xavier Bertrand y el ex primer ministro Manuel Valls, en un profundo debate. Al teléfono llega François Hollande, poco acostumbrado a la puntualidad.
Poco antes de las 20.45, cuando resuena el himno israelí en el austero estadio, todo el mundo escucha los pitos. Pero actúa como si nada. “La gente vino a ver el partido por obligación”, dice una personalidad. Esto no va a solucionar los problemas. Incluso hay un lado absurdo, pero era necesario mostrar seriedad. » Valérie Pécresse y el presidente de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, hicieron el viaje. “Me avisaron de una pelea”, desliza un espectador, alertado por un amigo.
“Parece un partido de Mónaco”
“Me entristece mucho ver tan poca gente”, lamenta el jefe de los senadores del PS, Patrick Kanner. El ambiente y los llamados al boicot asustaron a la gente, es terrible para un partido internacional, el deporte no se trata de exclusión. » Un alcalde bromea: “parece un partido en Mónaco, mucha gente en la tribuna oficial y poca gente en el público”. “Está blindado en la tribuna presidencial”, confirma uno de los presentes. El cantante Amir aparece cerca.
En el descanso, Nicolas Sarkozy y el presentador de televisión Arthur mantienen una larga conversación aparte. Mientras Emmanuel Macron y Michel Barnier se unen al ministro del Interior, Bruno Retailleau, que sigue el acontecimiento desde el PC de seguridad. “Aún queda la segunda mitad y la tarde, gracias por su movilización y por estar alerta”, dijo el presidente a los equipos encargados de la seguridad.
Están presentes varios diputados: los macronistas Karl Olive y Caroline Yadan, el socialista Jérôme Guedj. Destacamos también al ministro de Deportes, Gil Avérous, y de Asuntos Europeos, Benjamin Haddad. El secretario general del Elíseo, Alexis Kohler, está sentado cerca de Manuel Valls. “Hablamos mucho entre nosotros sobre la situación política, volvemos al ascenso del LFI, que se está apagando. También hablamos de tensiones entre los aliados de Barnier, afirma un funcionario electo. Hay que decir que el nivel del partido es tan bajo que hay que afrontar las cosas de otra manera. “.