Comercio
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El acuerdo comercial con América del Sur, objeto de la movilización de los agricultores desde el lunes, es esencial para la mayoría de los Estados europeos para la seguridad económica de la UE, especialmente después de la elección de Donald Trump. Francia es el único país grande que quiere oponerse.
¿Trump 2.0 acelerará la firma del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) que debería crear una vasta zona comercial de 780 millones de habitantes? El temor suscitado por el inminente regreso al poder de este republicano aislacionista, que ha prometido lanzar una guerra comercial contra Europa y China, empuja a la Comisión y a la gran mayoría de los Estados miembros a querer concluir lo más rápido posible. significa ir más allá de Francia. Sobre todo porque China sólo espera una cosa: ocupar el lugar de Europa en un mercado en el que está cada vez más presente.
La elección de Trump 1.0 ya había dado nuevo vigor a estos acuerdos comerciales cuya hora de gloria parecía haber pasado. Así, dos años después de las elecciones de 2016, la Unión finalizó las negociaciones que se habían prolongado durante casi diez años con Japón antes de firmar una serie de acuerdos con Singapur, Vietnam y Nueva Zelanda. Hoy en día, Europa tiene el mayor sistema de libre comercio del mundo, habiendo firmado alrededor de cuarenta tratados.
Una parte de la opinión pública, especialmente en Francia, sigue oponiéndose a ello, considerándolo una amenaza para la agricultura, el medio ambiente y el tejido industrial. Pero el aislacionismo estadounidense –que no ha sido negado durante la presidencia de Joe Biden, en particular con la adopción de la Ley de Reducción de la Inflación destinada a acelerar la transición–
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