El desarrollo económico de Marruecos se basa en muchos pilares, pero uno de los más cruciales sigue siendo el capital humano. En un contexto de creciente globalización y rápidas transformaciones tecnológicas, la capacidad de una nación para mejorar, desarrollar y retener su capital humano es decisiva para su competitividad.
Según las estimaciones, de aquí a 2030, el mercado laboral marroquí podría requerir casi un 30% más de cualificaciones debido a la evolución tecnológica y económica. Mientras Marruecos se embarca en reformas ambiciosas, es esencial invertir en formación continua, innovación y mejores condiciones laborales para estimular el crecimiento.
El capital humano representa una palanca estratégica para el desarrollo económico. Las estimaciones indican que el sector industrial en Marruecos podría contribuir con el 25% del PIB nacional para 2035, en comparación con alrededor del 15% en la actualidad, si se satisfacen las necesidades de habilidades especializadas.
La transición a una economía del conocimiento requiere una fuerza laboral capacitada y adaptable, que hoy representa más del 40% de los empleos industriales del país. Sin embargo, el crecimiento económico inclusivo depende de una fuerza laboral calificada capaz de satisfacer las demandas de la competitividad global.
Desafíos actuales para el desarrollo del capital humano
A pesar de los notables avances, persisten grandes desafíos. En 2024, el desempleo juvenil en Marruecos seguirá siendo una gran preocupación. Según los datos más recientes del Alto Comisionado de Planificación (HCP), la tasa de desempleo de los jóvenes de 15 a 24 años alcanzó el 35,9%, lo que supone un aumento en comparación con las cifras de 2023. En comparación, la tasa de desempleo total es de aproximadamente 13,7. %.
Esta situación se debe a varios factores, incluida la desconexión entre las habilidades de los jóvenes y las necesidades del mercado laboral, así como la falta de oportunidades en los sectores formales. Las reformas e iniciativas gubernamentales, aunque presentes, aún no han logrado mitigar significativamente esta tendencia, a pesar de esfuerzos como el programa “Awrach” destinado a crear empleos temporales.
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El alto desempleo juvenil no sólo limita el crecimiento económico, sino que también ejerce una presión significativa sobre los programas sociales del gobierno al aumentar el gasto público. Además, existe un mayor riesgo de migración a Europa y de inestabilidad social, particularmente en regiones donde las oportunidades de empleo son escasas.
Estas estadísticas ilustran la urgencia de intervenciones específicas para adaptar la formación a las necesidades del mercado y crear empleos más sostenibles para los jóvenes marroquíes. El Banco Mundial estima que para 2028, alrededor del 70% de los nuevos empleos creados requerirán habilidades tecnológicas avanzadas. Por lo tanto, es necesario intensificar los esfuerzos para alinear la educación con las necesidades de las profesiones del mañana y reducir la fuga de talentos, que afecta a alrededor del 10% de los graduados del país cada año.
Hacia la transformación digital y un sistema eficaz de gestión de recursos humanos
Marruecos también se encuentra en la fase de aceleración de la transformación digital, con el objetivo de digitalizar el 50% de los servicios públicos de aquí a 2030. La adopción de soluciones integradas de gestión de recursos humanos, como Gehmonis, Aghir, Hracces y otrospermitiría a las empresas mejorar su gestión del talento, controlar el rendimiento con mayor precisión y garantizar una mejor protección de los datos. Estas herramientas luego se convierten en activos para una gestión estratégica de recursos humanos alineada con los objetivos de desarrollo del país.
Por un lado, la transición digital crea muchos puestos de trabajo en los sectores del desarrollo de software, la ciberseguridad, la inteligencia artificial (IA) y la computación en la nube, pero también cambia las habilidades necesarias. Se prevé que para 2028, el 70% de los nuevos empleos en Marruecos requerirán habilidades digitales, una necesidad urgente de mano de obra calificada en campos tecnológicos.
Sin embargo, la pregunta que surge: ¿están el sistema educativo y la formación profesional suficientemente adaptados para cubrir esta creciente demanda de trabajadores cualificados? Las iniciativas gubernamentales, como los programas de reciclaje profesional y las escuelas de programación, tienen como objetivo reducir esta brecha, pero aún se necesitan esfuerzos considerables para garantizar una transición fluida e inclusiva.
Por otro lado, la digitalización de la economía marroquí también puede tener un impacto significativo en la competitividad de las empresas. En 2025, se estima que el 75% de las grandes empresas marroquíes utilizarán software de gestión de recursos humanos para optimizar sus operaciones. Al adoptar HRIS avanzados, las empresas no sólo pueden optimizar sus operaciones, sino también brindar a sus empleados oportunidades de desarrollo personal y profesional.
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Los HRIS como ‘Gehmonis’ permiten a las empresas realizar un seguimiento y gestionar su talento de forma más eficaz. Gracias a los indicadores de desempeño que ofrecen estos SIRH, las empresas definen rápidamente sus necesidades formativas y pueden establecer planes de formación adaptados a su desarrollo. Esto permite retener el talento capacitándolo e integrándolo en un ecosistema más ágil y responsivo.
En definitiva, la transición digital en Marruecos no es sólo una cuestión de tecnología; está intrínsecamente vinculado a la evolución del mercado laboral y la creación de oportunidades económicas. Sin embargo, para que Marruecos aproveche plenamente los beneficios de esta digitalización, es crucial centrar los esfuerzos en la formación continua, mejorar el acceso a las tecnologías y adaptar las estructuras económicas a las demandas del mundo digital.
El papel de las empresas y las alianzas público-privadas
Para cerrar la brecha de habilidades digitales y tecnológicas en Marruecos, las empresas desempeñan un papel crucial al invertir más en la formación y el desarrollo de habilidades de sus empleados. Actualmente, sólo el 18% de las empresas marroquíes destinan recursos a la formación continua, una cifra aún alejada de los estándares internacionales.
Esta participación limitada en la formación obstaculiza la capacidad del mercado laboral marroquí de evolucionar hacia las habilidades demandadas en un mundo cada vez más digitalizado. Al fortalecer sus programas de capacitación, las empresas podrían preparar mejor a sus equipos para las rápidas transformaciones tecnológicas y las nuevas demandas del mercado.
Para fortalecer esta dinámica, el objetivo podría ser duplicar la tasa de empresas involucradas en formación en un plazo de cinco años, lo que permitiría alinear las habilidades de los empleados con las demandadas a nivel global. Aumentar las capacidades de los trabajadores marroquíes sólo podría mejorar la competitividad de sus empresas, lo que ganaría en productividad y eficiencia. Las iniciativas gubernamentales, en asociación con empresas locales e internacionales, son esenciales para garantizar un acceso más equitativo a la formación en información y tecnologías digitales. Esto podría incluir incentivos fiscales o subvenciones para empresas que inviertan en programas de formación innovadores y continuos.
Por lo tanto, las asociaciones público-privadas están en el centro de este desarrollo, porque permiten aunar recursos y habilidades para crear programas de formación accesibles y de calidad. A través de estas colaboraciones, se pueden diseñar programas específicos para satisfacer las necesidades de diversos sectores económicos. Por ejemplo, los sectores bancario e industrial podrían beneficiarse de la formación en inteligencia artificial y ciberseguridad, mientras que la agricultura podría recibir formación en tecnologías de precisión. Estas asociaciones, al facilitar el acceso a la formación, apoyan no sólo a las empresas sino también a la competitividad general de Marruecos en un mercado globalizado y digitalizado.
Y para resumir, el capital humano es uno de los principales motores del crecimiento económico. Fortalecer las habilidades, promover talentos y crear un entorno propicio para el desarrollo profesional son palancas para construir una economía resiliente y competitiva. Al situar el capital humano en el centro de su estrategia, Marruecos podrá afrontar los desafíos del mañana y garantizar un crecimiento sostenible e inclusivo para las generaciones futuras.
Por Asmae Loukili