En el Colegio de Notarios no miramos gastos. En definitiva, la Cámara gasta más que cualquier otro orden profesional. Sin embargo, su estilo de vida se financia principalmente con dinero del público al que tiene la misión de proteger. Pero el gobierno tarda en cambiar las reglas del juego.
Publicado a las 01:13
Actualizado a las 5:00 a.m.
Es la mecánica del Fondo de Estudios Notariales la que plantea problemas.
Este fondo se compone en gran medida de los intereses de las sumas que pasan por las cuentas fiduciarias de los notarios, por ejemplo, al comprar una propiedad.
A menudo se trata de cantidades pequeñas, ya que el dinero permanece en el lugar una media de cinco días. Pero algunos clientes, cuyo dinero está congelado durante varios meses, pueden perder miles de dólares en intereses.
Todos estos intereses, grandes o pequeños, se ingresan en el Fondo de Estudios Notariales, cuya misión es, en particular, promover la reforma jurídica, la investigación y la educación jurídicas y la calidad de los servicios profesionales. El año pasado, el Fondo pagó 7,5 millones de dólares a varias organizaciones dedicadas a estas causas.
Sin embargo, el Colegio de Notarios también financia gran parte de sus actividades actuales con cargo a este fondo.
Su último informe anual indica que obtuvo 16,5 millones en 2022-2023, lo que le permitió pagar el 60% de sus gastos totales de 27,6 millones… y generar un cómodo superávit de 9 millones.
En cinco años, el Fondo de Estudios Notariales pagó 81,1 millones de dólares a la Cámara de Notarios. Una suma enorme que sorprende.
Los directores del Colegio de Notarios velan por que las sumas extraídas del Fondo de Estudios se utilicen de conformidad con la ley y la política de gobierno.
Sin embargo, es inquietante observar que este dinero fácil permite a la Cámara gastar considerablemente más que otras órdenes profesionales, es decir, 7.170 dólares por notario inscrito en su lista. Esto es cinco veces mayor que el índice de gasto por miembro en una muestra variada de otras órdenes profesionales ($1,395).
La Sala explica que debe asumir varias responsabilidades que otras órdenes no tienen, como el servicio de guardia temporal, el servicio de traslado registral o incluso el registro de testamentos y mandatos.
Pero en este último caso, la Cámara se embolsa el doble de ingresos (4,1 millones) que de gastos (2,1 millones), según muestran sus estados financieros. Es decir, la Cámara gana dinero con la gestión de estos servicios, cuyos precios están establecidos por ley.
Pero volvamos al Fondo de Estudios Notariales.
En febrero de 2023, la ministra responsable de la aplicación de las leyes profesionales, Sonia LeBel, pidió a la Oficina de Profesiones que analizara en profundidad su funcionamiento. Esta intervención se produjo tras la publicación de un artículo de nuestra colega Louise Leduc que planteaba serias dudas.1.
¿Por qué el Fondo de Estudios ayudó a la Cámara a adquirir, a través de un fideicomiso, la mitad de un edificio en el centro de Montreal donde se encuentran sus oficinas? No es su misión invertir en bienes raíces.
¿Por qué el Fondo asignó 1,2 millones de dólares a la Asociación Profesional de Notarios de Quebec (APNQ) y a la Unión de Notarios de Quebec (UNQ)? Estos lobbies defienden los intereses de los notarios. No los del público.
Dos años después, nada ha cambiado. Seguimos esperando las conclusiones de la Oficina que encargó a la empresa externa MNP que arrojara luz sobre el asunto.
Hay que decir que la Oficina está ocupada con proyectos especiales, como la reforma en curso del sistema profesional (proyecto de ley 67). Además, la organización sufre una preocupante rotación de personal del 15%. La situación es aún peor en el departamento de seguimiento y orientación: 5 de 17 empleados dejaron su puesto, sólo para el ejercicio 2023-2024.
Por este motivo, tenemos derecho a preguntarnos si el organismo de control tiene realmente los medios para garantizar la vigilancia de los 46 colegios profesionales.
Gracias al boom inmobiliario, el Fondo de Estudios Notariales se ha convertido en una gallina de los huevos de oro que contiene 208 millones, el doble que hace cinco años. Si bien el acceso a la justicia falla en todas partes, es imperativo hacer el mejor uso de este dinero, haciendo hincapié en la asistencia jurídica a los ciudadanos.
Es urgente revisar la gobernanza del Fondo, separándolo de la Cámara de Notarios. La confusión ha durado bastante. La Cámara debería centrarse en monitorear a sus miembros, en lugar de otorgar subvenciones en nombre del Fondo.
Esta misión debe ser llevada a cabo por un organismo independiente, como en otras provincias, donde las fundaciones de derecho desempeñan este papel.
También deberíamos asegurarnos de que los clientes de los notarios sean informados por escrito, como en Ontario, de que pueden abrir una cuenta especial que les permita recibir sus intereses si su dinero permanece congelado durante un largo tiempo. En nuestro país, algunas personas se enteran demasiado tarde y pierden miles de dólares.
Finalmente, es inaceptable que el Fondo de Estudios Notariales pueda utilizarse para reponer el Fondo de Compensación de la Cámara de Notarios. El dinero del público debe servir a los intereses del público. No es necesario arreglar las cosas ante notario.
1. Lea el artículo “Cuentas fiduciarias: un golpe de suerte para la Cámara de Notaires”