El domingo 10 de noviembre, el festival Grenattitude atrajo a curiosos pero también a agricultores tentados por la diversificación.
El sol se invitó el domingo 10 de noviembre al festival Grenattitude, en los terrenos de la finca del mismo nombre en Bagnols-sur-Cèze. “¡Han pasado cinco años desde la última vez que celebramos esta fiesta y estamos encantados con todos!” sonríe Christine Saleilles. De este modo, el público pudo descubrir los nuevos productos propuestos por los agricultores (miel, almíbar, aceite de semillas, melaza) que acostumbraban a sus clientes al zumo de granada desde hacía diez años.
Entre los presentes en la fiesta se encontraban agricultores que habían venido para aprender sobre el cultivo de la granada. “La zona del Ródano Gard es propicia para esta cultura. Es una tierra rica, donde hay agua gracias al Cèze y al Ródano. Hace calor y cuanto más calor hace, más produce el granado. Esta cultura proviene del Magreb, desde el sur de España” explica Thomas Saleilles, que vende plantas a quienes quieren empezar. “Tenemos un vivero especializado en plantas de granado”.
“Hay muchas importaciones de Türkiye, Irán…”
El Bagnolais, que plantó sus primeros granados hace unos quince años para diversificarse junto con sus vides y olivos, aconseja a otros agricultores tentados por esta nueva experiencia. “Algunos viticultores tienen dificultades y también quieren diversificarse”.
Si la fruta y sus beneficios tienen sus seguidores, queda convencer a los consumidores para que compren productos locales. “Hay muchas importaciones de Türkiye, Irán… La granada sigue siendo una fruta poco conocida. Si el consumidor juega al juego de comprar francés, ¡se desarrollará!”
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