Mediante la creación de una planta de ensamblaje de vehículos militares en colaboración con Corea del Sur y la creación de un premio presidencial a la innovación, Senegal está sentando las bases de una industria de defensa nacional.
Senegal acaba de dar un paso decisivo en su búsqueda de una autonomía estratégica en materia de defensa. La firma de un memorando de entendimiento para la creación de una planta de ensamblaje de vehículos militares, combinada con el anuncio de un premio presidencial a la innovación, perfila los contornos de una nueva ambición: crear una verdadera industria de defensa nacional.
La elección del tema “Hacia la soberanía tecnológica e industrial de las fuerzas armadas” para el Día de las Fuerzas Armadas 2024, que se celebra el viernes 8 de noviembre, no debe nada al azar. Refleja una clara voluntad política del presidente Bassirou Diomaye Faye de reposicionar a Senegal en la escena regional.
Esta ambición se materializa con una inversión importante: 35 mil millones de francos CFA para una unidad industrial capaz de producir 1.000 vehículos militares al año.
La instalación de la fábrica en la zona de Mbacké-Touba, en la región de Diourbel (centro), marca una ruptura con el tropismo tradicional de Dakar. Para el Ministro de Industria y Comercio, Serigne Gueye Diop, esta creación representa un paso crucial. Al estructurar un ecosistema industrial en esta zona, explica, el ISEVEM se inscribe en una visión de largo plazo de industrialización territorializada.
El proyecto se basa en una asociación tecnológica con Corea del Sur. El embajador Kwon Hyuk-woon destaca la dimensión cultural de esta cooperación. Más allá de los aspectos materiales, subraya el diplomático, esta asociación tiene como objetivo compartir la mentalidad y la cultura de trabajo coreanas.
Para el general Birame Diop, ministro de las Fuerzas Armadas, la cuestión va más allá del marco militar. La inversión en este sector, afirma, constituye no sólo una elección de soberanía, sino también una palanca de innovación para transformar la industria nacional.
La integración prevista de las PYME y PYME locales en la cadena de subcontratación debería crear un efecto dominó en todo el tejido industrial nacional.
El éxito de esta iniciativa se basa en una movilización gubernamental sin precedentes. El Ministro de Industria promete un apoyo total: facilitar el acceso al suelo, infraestructuras y autorizaciones administrativas.
El presidente Faye no se contenta con importar tecnologías: quiere estimular la innovación local. El establecimiento de un premio presidencial dedicado a la innovación tecnológica e industrial en el ámbito militar y paramilitar ilustra este deseo de movilizar talentos nacionales.
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