A un mes de su reapertura, Notre-Dame de París, devastada por un incendio en 2019, ha recuperado su silueta emblemática. La catedral reabrirá sus puertas el 7 de diciembre de 2024, marcada por una ceremonia cuyos detalles aún no están claros. Esta reapertura, prometida por Emmanuel Macron al día siguiente de la tragedia, parece funcionar bien a pesar de las interrupciones relacionadas con la pandemia y las medidas sanitarias.
La aguja, que cayó ante los ojos de los parisinos, ahora está reconstruida de forma idéntica según los planos de Eugène Viollet-le-Duc. Quedan algunas obras por completar, como el revestimiento de plomo de la base de la aguja y la reinstalación de las estatuas de los apóstoles y de los santos, prevista para 2025.
Los responsables de la restauración, que movilizaron a 250 empresas y cientos de artesanos, estiman que un millón de visitantes más podrían venir a admirar la catedral, que acogió a 12 millones de personas en 2017. Se pondrá en marcha un nuevo sistema de circulación y reservas en línea.
En el interior se ha rediseñado la distribución, con mobiliario litúrgico minimalista y nueva iluminación. Las vidrieras, intactas durante el incendio, han sido restauradas y el También regresan los “mays”, estas pinturas de altar del siglo XVII. El edificio recupera su papel espiritual y patrimonial, con la corona de espinas de Cristo todavía presente en un relicario contemporáneo.
Queda por finalizar el revestimiento de plomo en la base del tejado de la catedral, mientras que las estatuas de los apóstoles y santos, retiradas antes del incendio para su restauración, serán reinstaladas en el primer semestre de 2025. Aunque los trabajos avanzan, grúas y Los andamios todavía son visibles en el sitio.
Los turistas, siempre mantenidos a distancia por empalizadas y alambres de púas, acuden cada día a la plaza para observar el avance de las obras exteriores, en particular la colocación de un nuevo pavimento de losas de piedra caliza frente a la gran puerta principal. Según los responsables del proyecto, éste está llegando a su fin, tras varios años de esfuerzo.
La reapertura de Notre-Dame de París es un acontecimiento muy esperado que simboliza una renovación espiritual y cultural. Para Antoinette Mirin, fiel de 65 años, esto representa “fe, religión, patrimonio, la historia de París”y un “renovación” que deleita especialmente a los católicos al comienzo del Adviento. Jean-Michel Leniaud, presidente de la Sociedad de Amigos de Notre-Dame, destaca que la catedral es “el templo de la Nación”un fuerte emblema de la historia de París y Francia. Sin embargo, esta reapertura también suscita preocupación, sobre todo ante la afluencia de visitantes. Virginie Eholian, por ejemplo, teme que las multitudes y las distracciones turísticas dañen su experiencia espiritual, y admite: “Los turistas pueden impedirme vivir mi fe”.
En cuanto al programa, el 7 de diciembre, durante la ceremonia de reapertura, Emmanuel Macron hablará y se “despertará” el órgano recientemente restaurado. La primera misa tendrá lugar el 8 de diciembre, con la consagración del nuevo altar por parte de Mons. Ulrich. Aunque recibió una invitación del presidente, el Papa Francisco indicó que finalmente no estaría presente en la ceremonia. Paul McCartney, en concierto en París justo antes de la reapertura de Notre-Dame de París el próximo 7 de diciembre, podría participar en los festejos de este esperado evento, en compañía de otros grandes artistas como Bono, para celebrar la resurrección del monumento. .