Aunque las cifras definitivas no aparecerán hasta finales de diciembre de 2024, las primeras tendencias, reveladas por la Dirección Departamental de los Territorios (DDT) de Ariège, indican una disminución general de los ataques de osos durante la temporada de pasto de verano. En una fecha equivalente, las cifras son incluso las más bajas desde al menos 2019.
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La tendencia anunciada parece ser una buena noticia, tanto para los criadores como para los más fervientes defensores del oso. La temporada de pastos de verano de 2024 sería la más libre de ataques de mamíferos a los rebaños desde 2019.
Anne Calmet, directora del DDT de Ariège, precisa: “Aún no hemos recibido todos los resultados de este año. Pero lo cierto es que son menos que en años anteriores, en la misma fecha”. En 2023, serían 496, frente a más de un centenar menos, 360, este año.
Al DDT se le reportan dos tipos de hallazgos, sospecha de depredación, cuando un animal es encontrado muerto, y pérdida excepcional, cuando desaparecen demasiados animales como para que se trate de una muerte natural. Es este último tipo de observación el que, en el caso de determinados pastos de verano, todavía falta en este momento. “Tendremos las cifras definitivas a partir de la tercera semana de diciembre”, subraya Anne Calmet.
Una tendencia general a la baja, que el representante de los servicios estatales atribuye, entre otras cosas, a un aumento de los medios de protección. “Los 19 centros de depredación tienen cada uno dos o tres medios de protección. Hemos reforzado la presencia humana gracias a pastores de apoyo o guardias nocturnos. Pero también hay perros de protección y, en algunos pastos de verano, parques electrificados por la noche”.
En cuanto a la asociación Pays de l’Ours – Adet, acogemos con satisfacción esta tendencia: “Lo venimos diciendo desde hace años”, afirma Alain Reynes, su director. No es ningún secreto. El número de ataques no depende del número de osos. sino de los medios de protección puestos en marcha. Estas primeras cifras son muy significativas: el número de ataques está disminuyendo, mientras que la población de osos está aumentando, si nos damos los medios”.
Anne Clamet todavía quiere matizar estas primeras cifras: “Estamos en una observación global decreciente. Pero en algunas praderas de verano los ataques no han disminuido. Siguen existiendo disparidades de una pradera de verano a otra, en los 19 centros de depredación”. Por tanto, la reducción de los ataques no sería sistemática.
El director del DDT también destaca el sentimiento de los criadores. “Ataques o no, el oso está ahí, es una realidad. Y esta presión sobre los criadores no disminuye. Siempre están en guardia”.
Para Alain Reynes, es necesario continuar los esfuerzos en esta dirección. El director de Adet asegura que poco a poco los osos “comprenderán que las manadas ya no son una fuente de alimento accesible. Las pérdidas seguirán disminuyendo, pero también los intentos de ataque”.