Friburgo: una exposición destaca la historia de Vignettaz

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Desde el viernes por la noche y hasta el 7 de junio, el quiosco Vignettaz acogerá una exposición dedicada a la historia del barrio

La carretera de Vignettaz en el momento en que la nieve aún era abundante. © Colección Shirin Sotoudeh

La carretera de Vignettaz en el momento en que la nieve aún era abundante. © Colección Shirin Sotoudeh

Publicado el 23/05/2024

Tiempo estimado de lectura: 3 minutos

Era la época de los juegos al aire libre, de los caminos sin asfaltar y de mucha nieve. Es difícil imaginar cómo era el barrio de Vignettaz en Friburgo hace sesenta años. La exibición Memoria viva de un barrio, cuya inauguración tendrá lugar el viernes por la noche, ofrece una buena visión general. Una historia que se revela a través de una treintena de carteles colgados dentro y fuera del antiguo quiosco, situado en la Route de Villars y rehabilitado en 2021. Allí también se podrá ver una presentación de diapositivas, así como numerosas postales y documentos antiguos.

La reconstrucción de esta memoria viva es un proyecto de la Asociación Kiosque de la Vignettaz (AKiVi). Nació del apego de algunos vecinos, tanto antiguos como nuevos, por su barrio. En el transcurso de seis meses marcados por investigaciones y encuentros, esta miniexposición vio la luz con el apoyo del Estado a través del programa Senior+, de la Loterie romande e incluso de la burguesía. Pero también de la ciudad de Friburgo en cuanto al suministro de equipamiento.

El Chokito…

“No soy ni historiador ni periodista, pero la historia de este distrito me interesa mucho. Como antiguo trabajador social, director de una institución y responsable de la promoción de los cuidados paliativos en Suiza, lo que más me llama la atención son los aspectos sociológicos. Porque en este barrio había un verdadero espacio de libertad”, resume Georges Neuhaus.

Habiendo vivido en el barrio durante más de treinta años, este jubilado contribuyó activamente a la creación de esta retrospectiva altamente nostálgica. Como Marie-Alice Jungo, nacida en Vignettaz, o Roger Dinichert y Marcel Roulin, que crecieron allí.

“Había un espacio de libertad en este barrio”
Georges Neuhaus

Todos recuerdan, un poco conmovidos, estos años dorados en este distrito que, hasta 1906, todavía formaba parte del municipio de Villars-sur-Glâne. De aquella época feliz en la que el tranvía aún circulaba antes de ser sustituido por el trolebús. De la construcción de la “ciudad de los Alpes” a finales de los años 1950, estos edificios que rodean el quiosco, son la verdadera alma de la ciudad.

Hablemos del quiosco. Esta alma de la ciudad ha estado en manos de Jeanine Carrel, un personaje emblemático del barrio. Madame Carrel, la confidente, la casamentera, la que permitió a Marcel Roulin saborear las dulces alegrías del primer Chokito. Un quiosco cuyas paredes vibraban bajo el peso de las bolas de nieve lanzadas, provocando la caída de los paquetes de cigarrillos que los jóvenes esperaban recuperar sigilosamente.

Los placeres del patinaje

Marie-Alice Jungo, de 77 años, recuerda los partidos, las niñas dando vueltas en el jardín mientras los niños jugaban al balón de fútbol en la calle. “Bailamos, cantamos canciones infantiles y también jugamos al escondite”, explica mientras habla también de la pista de hielo que tanto divirtió a los niños y a sus padres.

Una pista de hielo natural, como la que existía en otras zonas de la ciudad, en la que jugaba un tal René Fasel. “Estuvo ubicado en la actual plaza de baloncesto en los años 60. Fue una actividad unificadora que reunió a varias generaciones y que dejó huella en varios mayores. También tuvimos partidos entre los distintos barrios”, señala Roger Dinichert, que repitió la experiencia reconstruyendo una infraestructura temporal en 2009. Hoy en día es imposible pensar en ello, ya que no hay suficientes días fríos.

Las alegrías del invierno también se reflejan a través del remonte del “pezón” de Beaumont. “Lamentablemente no encontramos ninguna fotografía”, señala Georges Neuhaus. Y precisar que era necesario elegir los temas abordados porque hay mucho que contar. “Lo que nos hace identificarnos con un barrio es una cuestión que siempre ha estado en el centro de nuestro pensamiento”, continúa el hombre que no piensa quedarse ahí. El proyecto seguirá evolucionando a través de reuniones y talleres. Se recogerán otras fotografías y anécdotas que permitirán, si todo va bien, la creación de una nueva exposición de aquí a 2026.

>La exposición podrá verse de 14 a 19 horas hasta el 7 de junio en el quiosco Vignettaz de Friburgo. Allí tendrá lugar una comida multicultural el 8 de junio.

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