Dentro de la Maison du site se encontraba la exposición Funny Birds and Ceramics de Delphine Mouysset.
Créditos: MHR
Había muchísima gente este fin de semana del 2 y 3 de noviembre en la reserva de Arjuzanx en torno a la fiesta de la grulla y la migración.
El lugar más importante de Aquitania para la invernada de la especie.Según el último recuento, para este inicio de periodo, eran 5.000 los que hacían escala en la parte sur de la reserva, esta zona de cuencas (depresiones inundables y poco profundas) convertidas en dormitorios donde las aves zancudas pueden pasar la noche. total seguridad, patas en el agua a salvo de depredadores. Desde allí, cada mañana y cada tarde a la vuelta, el vuelo de estos miles de pájaros ofrece un espectáculo magnífico y mágico de noviembre a febrero.
Dos días de celebración y entretenimientoPero mientras tanto, se les dedicaron dos días y los visitantes acudieron bajo el sol para descubrir las actividades que se ofrecían: exposiciones, juegos en la naturaleza, información, talleres, paseos ornitológicos y musicales, en los que se transporta un piano al pie de las torres de observación. . El sábado finalizó con un concierto del pianista de jazz franco-italiano Lorenzo Naccarato.
Un concierto y un baile en torno a los Pájaros.Noble Murmuracioneslas notas de un piano vertical resuenan y se van volando. Las melodías de los sonidos, reelaboradas por el artista, forman composiciones que evolucionan según su búsqueda de un sonido perfecto inspirado en los grandes vuelos. A través de su música escuchamos el murmullo del viento, el crujir de alas, captamos las circunvoluciones de las bandadas de pájaros, el latido de la naturaleza y el ritmo de las estaciones. El domingo en su conjunto se abordaron los puntos principales de las actividades del día anterior. Otra forma de arte se hizo presente con la proyección de la película. La danza de la grulla en el cine Morcenx en presencia del director Maxence Lamoureux. El documental está inspirado en las muestras de amor de los pájaros que realizan una impresionante coreografía de saltos, aleteos y cuellos entrelazados. Bellísimas imágenes que el director ha asociado a dos bailarines que retoman una práctica ritual ancestral de la antigua Grecia, Japón, Corea e incluso Canadá. Y ello, ante una sala casi llena que, al final de la sesión, pudo charlar tranquilamente con el cineasta. Dos días que fueron un verdadero éxito, fruto de varios meses de reflexión y trabajo, y mientras la calma vuelve a la reserva, el atardecer cae al final del fin de semana y resuenan los gritos guturales que anuncian el regreso de los vuelos de las grullas.
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MHR/JD