Si el podrido verano que vivieron los Bleus aún no ha quedado atrás, ahora les corresponde pasar página durante los test de noviembre, tras el regreso de Antoine Dupont. No es tan simple ya que al mismo tiempo, ciertas “historias” jugarán un papel importante…
Fue hace cuatro meses. Un siglo. Una eternidad. Un podrido invierno austral durante el cual, de repente, un jugador extremadamente borracho del XV de Francia publicó sin querer un vídeo manchado por un segundo grado de mal gusto, otros dos fueron encarcelados tras ser acusados de violación en un encuentro con violencia, y un joven perdió la vida frente al Cabo de Buena Esperanza. De ? Ha pasado mucha agua bajo el puente, por supuesto… Oscar Jegou y Hugo Auradou han retomado la competición con su club sin haber esperado el despido oficial que se prolonga, Melvyn Jaminet ha sido reintegrado a los entrenamientos colectivos del RCT, mientras que la fiscalía de Agen abrió una investigación judicial por homicidio involuntario en el contexto de la desaparición de Mehdi Narjissi.
Y la vida continúa así, una apisonadora despiadada, que ahora devuelve al XV de Francia al escenario de la gira de otoño, después de haber ratificado una carta de buena conducta y haber puesto fin, jurado y escupido, a la tradición de la cerveza post-partido en los vestuarios, sólo para recuperar un poco la imagen ante los patrocinadores y el público en general.
En la encrucijada de generaciones
¿Lo suficiente como para poder concentrarse sólo en el partido y en las próximas recepciones de Japón, Nueva Zelanda y Argentina? Esa es la idea y es bueno para Fabien Galthié y su equipo, conscientes de la importancia de estos tres encuentros. Lo que le concierne en primer lugar, obviamente, después de los inevitables disgustos que siguieron a las reuniones de verano y que precipitaron el regreso a la vanguardia de Raphaël Ibañez en el papel de Père Fouettard. El personal, pero también –y sobre todo– los jugadores, a quienes Galthié había sugerido que serían “entre 85 y 90%” mantenidos con vistas al Mundial de Australia, pero cuyos treinta años empiezan a sacar la lengua y les costaría recuperarse de un fracaso, ante la aparición de la nueva generación encarnada por Alexandre Roumat en detrimento de Charles Ollivon o Tevita Tatafu disfrazado de Uini Atonio.
Esto es, por el momento, sólo el comienzo… Por eso, los Bleus han optado por favorecer la gestión “a corto plazo”, en particular confiando las llaves del equipo en ausencia del campeón Romain Ntamack. Thomas Ramos en lugar de Matthieu Jalibert, en nombre de sus buenas actuaciones al final del último Torneo y de la complicidad de su club con el regreso de Antoine Dupont.
La doble carga de Dupont
¿Antoine Dupont? Exacto, hablemos de ello. Porque después de un año de ausencia de azul durante el cual acumuló títulos y otras medallas (campeón de Europa y de Francia con Toulouse, luego campeón olímpico con los Bleus du VII), el icono indiscutible del rugby francés ha encontrado, como era de esperar, un brazalete de capitán que el personal Se apresuró a regresar con él. Porque para este Dupont con una imagen tan perfecta, capaz de asumir sin quejarse un papel suplente durante los Juegos Olímpicos y ahora anclado en el trío superior de las personalidades deportivas favoritas de los franceses, el proyecto será doble.
En primer lugar, lo deportivo, ya que para él se tratará de relanzar un XV francés que sufrió durante el año pasado su ausencia. Pero también –si no sobre todo– los medios de comunicación, con la misión de reconciliar al público en general con los valores sacrosantos de la Ovalie, cuyo precio de las acciones ha caído un poco. Lo que evidentemente implicará victorias y espectáculo. Nada imposible teniendo en cuenta el estado de forma que muestran los futuros rivales de los Bleus, pero de todos modos…