“No entiendo por qué no se aplican las penas”: entre el aumento de la delincuencia y la caída de las cifras, la policía de Ariège llora su hartazgo

“No entiendo por qué no se aplican las penas”: entre el aumento de la delincuencia y la caída de las cifras, la policía de Ariège llora su hartazgo
“No entiendo por qué no se aplican las penas”: entre el aumento de la delincuencia y la caída de las cifras, la policía de Ariège llora su hartazgo
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lo esencial
Ante el aumento de la delincuencia y su número insuficiente, la policía de Ariège expresa un profundo malestar, temiendo no poder cumplir más su misión.

Aumento de la delincuencia, descenso del número… La policía de Ariège parece al borde de un ataque de nervios. Desde hace algún tiempo, varias noticias han copado los titulares. En marzo, en Tarascón, “una veintena de jóvenes” incendiaron la ciudad “y la sangre” para vengarse de los disparos efectuados el día anterior. Una expedición punitiva que estaría vinculada a la infame “Red de Rotterdam”.

Recordemos que, tras los registros, la policía logró hacerse con 12 kg de resina de cannabis, 6 kg de hierba, 300 gramos de cocaína, 750 gramos de MDMA y más de 10.000 euros, sin más armas de fuego. Recientemente, en Pamiers, un marroquí murió tras recibir varias puñaladas durante una reyerta.

“Está claro que hay un aumento de la delincuencia. Estamos realizando más detenciones que antes, ya sea por trata de personas, por riñas o incluso por disputas familiares”, confirma Fabien Collard, del sindicato policial nacional Alliance, mayoritario en Ariège. Además, si hace unos quince años el cannabis era la principal droga en circulación, hoy Fabien Collard observa la llegada masiva de drogas duras. “Encontramos regularmente pastillas de cocaína, crack, éxtasis…”, enumera el hombre de azul, preocupado porque los consumidores son cada vez más jóvenes.

“Ninguna ciudad de Ariège se ve perjudicada por la delincuencia”

Una delincuencia que provocó la reacción de Simon Bertoux, prefecto de Ariège, la semana pasada. “Mi sensación es que ninguna ciudad de Ariège está socavada por la delincuencia. Pero los centros urbanos de algunas están ocupados por personas que se comportan de manera incivilizada, que preocupan a la población, que se dedican al pequeño tráfico de drogas…”, dijo el prefecto. recordado en nuestras columnas. Antes de agregar: “Nos concentraremos en encontrar más soluciones operativas, pero con el personal que tenemos podemos hacer mucho”.

Unas cifras que distan mucho de ser suficientes para permitir a la policía garantizar una presencia activa sobre el terreno. “No es fácil ocupar el campo por la falta de personal. No podemos dedicarnos sólo a los estupefacientes, están todos los cargos al lado, no somos como en las grandes ciudades donde hay un servicio dedicado únicamente a eso. Todo el mundo sufre esta falta de personal, incluidos los ciudadanos”, continúa Fabien Collard.

“Esto no es suficiente para frenar la escasez de personal”

En cuanto a los refuerzos anunciados por el prefecto, el sindicalista se muestra escéptico. “Sólo podemos estar satisfechos con estos anuncios. Excepto que aquí se trataría de un solo recién llegado (que sale de la escuela). Por supuesto que lo aceptaremos, un funcionario más, eso ya es “Es una victoria, pero no es suficiente para Habríamos preferido un refuerzo excepcional y, sobre todo, experimentado”, se preocupa el agente de policía.

El sindicalista estima que se necesitarían al menos diez nuevos agentes, entre la comisaría de Foix y la de Pamiers, para responder a los crecientes desafíos. “Desde 2021 hemos perdido a 14 personas por jubilación, la gran mayoría de ellas”, precisa. Y si estas salidas no se reemplazan es porque simplemente el departamento no es priorizado a la hora de los traslados.

“No debemos ser los olvidados”

“Cuando hay movimientos, Ariège nunca está abierta porque la administración no da prioridad al departamento. No debemos ser los olvidados… Hay muchos colegas experimentados, en la región de París, por ejemplo, que, sin embargo, esperan volver casa”, continúa.

Además de estas dificultades, muchos policías comparten un sentimiento de frustración ante una supuesta laxitud de la justicia. “Es un problema nacional. La respuesta criminal no es lo suficientemente firme, frecuentemente arrestamos a los mismos individuos, no entiendo por qué las sentencias no se aplican como deberían…”, concluye.

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