En Senegal, algunas situaciones preocupan mucho a los investigadores africanos. “Debemos aprender, educar a los ciudadanos en el ejercicio de la ciudadanía o en todo caso en su surgimiento como actores políticos, actores responsables de su propia transformación, de la transformación de su sociedad”, explicó Ouidad Tebbaa, directora regional de la Agencia Universitaria de La Francofonía en África Occidental (AUF).
La AUF y la Fundación Innovación para la Democracia firmaron un convenio. Como parte de este proyecto, se trata de “nutrir y cultivar el pensamiento de la democracia en el continente. Esta dimensión implica un compromiso con la investigación. Hay una dimensión de formación de actores y actrices en el campo, particularmente en las universidades. La investigación también será académica, porque necesitamos saber sobre la democracia que tenga en cuenta nuestras historias, nuestras herencias y nuestras memorias. También es popular, en territorios muy concretos, porque pretende conocer, pero también transformar estos territorios a través de acciones muy concretas. La otra dimensión consiste en poner en red a colectivos y organizaciones financiándolos”, explicó el profesor Achille Mbembé, director general de la fundación.
Según él, “el continente necesita valerse por sí mismo y asumir sus responsabilidades ante el mundo del que formamos parte. Y que todo esto sólo puede hacerse en condiciones en las que, efectivamente, prevalezca la libertad de organización, un mínimo de igualdad para los ciudadanos, participando, ya sea en sus defensas, la liberación de la juventud, la transmisión intergeneracional de habilidades y patrimonio, y una capacidad de proyección al mundo absolutamente necesaria si nuestro planeta debe responder a los desafíos de su habitabilidad”.
De hecho, Senegal, según el profesor, representa un ejemplo simbólico en el debate político africano, particularmente en lo que respecta al progreso, el progreso y la complejidad de la democracia en el continente. Y, dice, “la muy larga historia de la democracia en Senegal comienza mucho antes de la independencia y tiene sus raíces en la historia de la colonización misma y los esfuerzos que tuvieron lugar recientemente con un cambio a la cabeza del Estado senegalés.
Además, explica que “Senegal ha sido y sigue siendo una ciudad abierta a la inteligencia africana. Una ciudad obviamente acogedora para todos los grandes movimientos de ideas que han marcado nuestra historia común y por eso creo que, desde este punto de vista, en el actual contexto global y africano, este país es portador de promesas y esta promesa, obviamente, debe traducirse en acciones, instituciones y toda una serie de reformas que nos permitan avanzar. Para ello, debemos incluir, en particular, dos categorías sociales que son absolutamente cruciales para nuestro futuro”. Se trata, por un lado, de mujeres y, de otro, de jóvenes “porque parte de nuestro futuro depende realmente de la liberación de estas dos categorías subordinadas de nuestras sociedades y de la explotación del potencial inmenso y rico que estas dos categorías tienen”. Se depositan categorías. Esto es lo que la fundación pretende hacer en su informe a Senegal”, afirma el profesor.
La fundación se creó en 2022 y se inauguró en 2023. Tiene su sede en Johannesburgo (Sudáfrica) y cuenta con laboratorios subregionales en África Central, en el Oeste en Abiyán, en África Central en Yaundé y un laboratorio en las diásporas, en particular en Francia. Además, este año está prevista la apertura de otros tres laboratorios en África Oriental, en Nairobi, en Kenia, en Maputo, para los países de habla portuguesa, y en Madagascar, para los países del Océano Índico.
“Esto permitirá tejer, en todo el continente, una residencia que permitirá a su vez movilizar nuevas coaliciones sociales a favor de la democratización del continente”.