La llama olímpica pasó ayer por Murat, en Cantal. Esta oportunidad permitió a los residentes descubrir el fuego.
Los Juegos Olímpicos son mucho más que un evento deportivo. Lo volvieron a demostrar ayer con el paso de la llama olímpica en Murat, en Cantal. Por primera vez, los lugareños descubrieron un material volátil de color amarillo y naranja, extraño y ardiente. Era la primera vez que veía fuego, aunque fue descubierto hace 300.000 años. Los organizadores amablemente mostraron técnicas para elaborarlo y prestaron la antorcha a algunas familias para que pudieran cocinar sus alimentos. Los integrantes de los Juegos Olímpicos se marcharon entonces, dejando atrás una población conquistada, que comenzó a venerarlos como dioses.
La llama de la civilización
Es la primera vez que el fuego entra en Cantal, un territorio sin salida al mar donde no hay tecnología y donde el hombre vive como hombre.Homo habilis, que habían vivido en la Tierra hace entre -2,3 y -1,5 millones de años. “Estamos muy contentos con este hallazgo. Estas personas son geniales, gracias a ellas”, testificó Jeannette Foindu, residente de Murat. Su marido, Alphonse, se muestra más reservado: “Esto está muy caliente. Dejé mi mano encima y me quemé”, dijo. Pero en general, la población rural parece feliz.
La llama olímpica no debe detenerse ahí y seguir trayendo civilización. Próximos pasos: Les Combrailles, luego Creuse…
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