“Se necesitan muchos ingresos para alcanzar el punto de equilibrio”: los festivales de Gers se enfrentan al aumento de los costes

“Se necesitan muchos ingresos para alcanzar el punto de equilibrio”: los festivales de Gers se enfrentan al aumento de los costes
“Se necesitan muchos ingresos para alcanzar el punto de equilibrio”: los festivales de Gers se enfrentan al aumento de los costes
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lo esencial
A pesar de la frecuente asistencia, los festivales de Gers no son inmunes al aumento de los costes y, a veces, tienen dificultades para lograr el equilibrio financiero.

La temporada de festivales ha comenzado de la mejor manera posible en el Gers. Con nada menos que 16.000 personas contabilizadas durante todo el fin de semana, dentro y alrededor del teatro verde de Seissan, Welcome in Tziganie tuvo su última edición récord, a finales de abril. “Nunca ha habido tantos asistentes al festival”, se alegra Florian Calvez, fundador y director del festival. Este éxito popular podría sugerir una buena ganancia en el futuro. No es tan. “La edición debe estar llena y debe haber muchos ingresos para lograr un equilibrio”, afirma.

A veces, una asistencia récord ni siquiera es suficiente para alcanzar este famoso equilibrio financiero. El director del festival Tempo Latino (del 25 al 28 de julio en Vic-Fezensac), Jean-François Labit, sabe algo al respecto. A pesar de una cosecha anterior muy exitosa (11.500 entradas pagadas), lamenta un déficit de 80.000 euros para el año 2023. Transporte, restauración, tecnología, seguridad: ninguna partida de gasto se libra del aumento de costes. “Ciertas posiciones han ganado el 30% de un año a otro, otras se han duplicado aunque sean esenciales”, subraya el organizador, al tiempo que evoca la “competencia aberrante” que existe entre Tempo Latino y Jazz en Marciac, prevista para el mismo mes de año.

“Hay que saber tomar decisiones”

Emblemático de los festivales del Gers y de toda la región, el Jazz en Marciac (del 18 de julio al 5 de agosto) tampoco escapa a los efectos de la inflación. Su presidente, Jean-Louis Guilhaumon, reconoce haber vivido una edición de 2023 “paradójica”, con una asistencia significativamente mayor que el año anterior (+33 % en ingresos por venta de entradas) y, al mismo tiempo, un aumento de los costes fijos (+14 % para alquiler de estructuras y equipos, +15% para personal, etc.). Si a esto le sumamos una “caída muy significativa” en la ayuda pública, obtenemos un panorama mixto.

El festival Welcome in Tziganie registró a finales de abril en Seissan un récord de asistencia.
DDM – SEBASTIEN LAPEYRERE

También afectado por la caída de las subvenciones y de la participación de determinados socios privados, el festival Éclats de Voix (del 11 al 16 de junio en Auch) sufrió el año pasado un déficit de 22.000 euros. Suficiente para animar a la organización a revisar sus planes este año. “He reducido un poco el alcance, pero mi objetivo sigue siendo intentar acercar la alta gama del arte vocal”, desliza el presidente del festival, Patrick de Chirée. Por tanto, frente a la inflación, el margen de maniobra es cada vez más reducido. “Con un poco menos de capital circulante, hay que saber tomar decisiones, ahorrar en una partida determinada, negociar algunas tarifas”, continúa.

Conscientes de que las subvenciones públicas “no son una fuente inagotable”, afirma Jean-François Labit, los organizadores también se esfuerzan por desarrollar su red de socios privados, como el Jazz in Marciac Partners Club, que permite al festival reclamar una mayor autofinanciación. del 91%. El recurso a voluntarios (500 voluntarios en Tempo Latino, 300 en Welcome en Tziganie) también ayuda a aliviar el flujo de caja, cada vez más limitado por el aumento de los costes. Queda por ver si todos los festivales podrán llegar hasta el final. “Esto no debería provocar un desequilibrio demasiado evidente, en cuyo caso cerraríamos la puerta”, advierte Patrick de Chirée, aunque no resignado. “Me gustaría al menos llegar a los 30 años (Nota del editor: en 2028)”. Eso es todo lo malo que le deseamos.

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