Tienen 51 y 54 años, residen en Suiza desde la adolescencia y actualmente viven en el cantón de Vaud. Dos hermanas de origen tunecino comparecieron el lunes ante el Tribunal Penal Federal de Bellinzona. Acusados de haber violado la ley federal que prohíbe los grupos Al Qaeda y Estado Islámico (EI), explicaron cómo, bajo la presión del hijo “adoctrinado” de 16 años del cadete, lo siguieron en 2015 a Siria y se unieron al ISIS.
“Mi hijo amenazó con irse solo si no lo acompañaba”, explicó su madre. Después de tres días, el “pequeño” quiso regresar a Suiza. Acusados de espionaje por ISIS, el trío pasó 40 días en Siria antes de ser liberado. Visiblemente tensos, a veces llorando, los dos musulmanes no practicantes dijeron que temían por sus vidas. Los expertos psiquiátricos diagnosticaron “un trastorno de personalidad” en las dos mujeres de AI, que estaban endeudadas y tenían problemas de salud.
Según el testimonio de dos mujeres francesas presentes en el lugar, las hermanas dijeron que estaban planeando un ataque contra la ONU y que habían ido a Siria “para aprender a construir una bomba para atacar el Orgullo Gay, en Zúrich o en Berna”. “Mi vista no me permitía este tipo de actividad”, negó la menor. Y Pride, ella ni siquiera sabe qué es.
El Ministerio Público Federal (MPC) solicitó 20 y 24 meses de prisión, respectivamente, para la tía y la madre. Este último, que no tiene la nacionalidad suiza, también corre el riesgo de ser expulsado de Suiza durante 10 años. “Preferiría morir antes que regresar a Túnez”, reaccionó.
“Los acusados estaban planeando un ataque”
Para el fiscal federal Andreas Müller, apenas unos meses después de que el autoproclamado líder del EI declarara en 2014 un califato islámico en Irak y el Levante, las hermanas se propusieron unirse a la organización terrorista en Siria. Tras indicar que inicialmente negaron categóricamente su viaje, “con historias creativas y excéntricas”, sostiene que, para el MPC, “está claro que se planeó un ataque cuyo objetivo no está determinado”.