Las pistas dejaban poco lugar a dudas, pero ahora es una certeza. Los tres cadáveres, descubiertos el viernes 3 de mayo en el fondo de un pozo en México, son los de los dos hermanos australianos Callum Robinson, de 33 años, y Jake Robinson, de 30, y del estadounidense Jack Carter Rhoad, de 30 años. Los tres cadáveres fueron identificados formalmente por sus respectivos familiares, confirmaron autoridades mexicanas este domingo 5 de mayo.
Los tres amigos no habían dado señales de vida desde el 27 de abril, cuando se encontraban en La Bocana de Santo Tomás, balneario del municipio de Ensenada, para un road trip de surf. Los tres cadáveres fueron encontrados con un impacto de bala en la cabeza, dijo el domingo María Elena Andrade, fiscal general del estado de Baja California (noroeste). “Todos tienen un agujero en la cabeza producido por un proyectil de arma de fuego”, detalló la fiscal general del estado, María Elena Andrade.
El rastro de un intento de robo
Los cuerpos de los tres amigos fueron descubiertos el viernes 3 de mayo, tirados en el fondo de un pozo de 15 metros de profundidad, cerca de un pintoresco y aislado lugar de surf conocido como Faro, cerca de La Bocana.
Los cadáveres, que presentaban un “avanzado estado de descomposición”, no pudieron ser identificados de inmediato por las autoridades, explicó el Fiscal General durante una primera rueda de prensa el sábado. Sin embargo, por la vestimenta y “determinadas características como cabello largo y descripciones físicas específicas”, el fiscal indicó que había una “muy alta probabilidad” de que se tratara de los tres surfistas.
La víspera, jueves 2 de mayo, su vehículo, una camioneta Chevrolet Colorado blanca, fue encontrado quemado en un rancho aislado, no lejos de donde fueron descubiertos los cuerpos. Según los primeros elementos de la investigación, la policía considera la posibilidad de un intento de robo de la camioneta de los turistas que podría haber salido mal. “No fue un ataque [contre eux] como turistas. Se trataba de robar un vehículo”, dijo María Elena Andrade en la conferencia de prensa. Cerca del vehículo se descubrieron postes de tiendas de campaña, un casquillo de pistola, botellas de plástico, manchas de sangre y rastros en el suelo, dijo el fiscal.
Según el escenario previsto por los investigadores, los malvivientes “se acercaron con la intención de robarles el vehículo y quitarles los neumáticos y otras piezas para ponérselos en el antiguo modelo de furgoneta que conducían”, explicó el fiscal. Según ella, los tres surfistas “seguramente resistieron”. En detalle, piensa que “los agresores (…) primero mataron a quien se resistió al robo del vehículo”. Los otros dos surfistas intentaron ayudar a su amigo, antes de ser derribados también.
Tres sospechosos arrestados
El jueves pasado fueron detenidos tres mexicanos -dos hombres y una mujer de 23 años- sospechosos de haber participado directa o indirectamente en los asesinatos de los tres surfistas, informó el fiscal.
Uno de ellos fue identificado como Jesús Gerardo García, alias “El Kekas”, según María Elena Andrade. Ya condenado por actos de violencia, tráfico de drogas y robo, fue acusado de “desaparición forzada”, dijo. Los otros dos sospechosos fueron arrestados por posesión de metanfetaminas. Según los informes, la joven fue arrestada en posesión de un teléfono perteneciente a uno de los dos hermanos australianos. Fueron puestos en prisión preventiva.
El sábado, durante su conferencia de prensa, la fiscal anunció que una vez identificados los cadáveres, la investigación abierta por “desaparición forzada”, equivalente a secuestro, sería reclasificada como “homicidio agravado”.
También se descubrió un cuarto cuerpo en el fondo del pozo, pero los análisis demostraron que llevaba allí más tiempo y no tenía nada que ver con la desaparición de los tres surfistas.
Un viaje dedicado al surf
El miércoles 1 de mayo, Debra Robinson, madre de los dos australianos, publicó un mensaje en la página de Facebook de una comunidad local, expresando preocupación por no haber sabido nada de sus hijos desde el sábado 27 de abril. Esta preocupación era tanto más grave cuanto que el mayor, Callum, padecía diabetes.
Los tres amigos, entusiastas del surf, habían salido de San Diego, Estados Unidos, para llegar a la región de Ensenada, aproximadamente una hora y media al sur de la frontera entre Estados Unidos y México. Luego se suponía que se alojarían en un Airbnb en Rosarito, al que nunca se presentaron.
Médico en Australia, Jake visitó por primera vez a su hermano mayor, Callum, en San Diego para asistir al festival de Coachella, antes de emprender este viaje dedicado al surf. Según sus redes sociales, el mayor se radicó en San Diego y llevaba casi dos años trabajando para una startup especializada en recaudación de fondos. El joven se unió al equipo de lacrosse de Los Ángeles como jugador profesional en marzo de 2019, según su perfil de LinkedIn.
Su amigo, Jack Carter, se graduó de la Universidad Point Loma Nazarene en San Diego y trabajó en servicios de tecnología, según su perfil de LinkedIn.
