Es una dirección emblemática en la historia de París, responsable de las horas más oscuras que ha conocido la capital. Este lunes, a las 15h15, la alcaldesa (PS) de París, Anne Hidalgo, y su adjunto de seguridad, Nicolas Nordman, inaugurarán una nueva “escuela de profesiones de seguridad”, en el número 10 de la rue Nicolas-Appert, en el distrito Richard Lenoir (11).
Local en el que nueve años antes, el 7 de enero de 2015, los hermanos Kouachi entraron armados con fusiles de asalto para asesinar a doce personas, entre ellas los caricaturistas y periodistas Wolinski, Charb, Cabu, Tignous y Honoré. Cuando se le pidió este domingo que reaccionara a estas elecciones de locales, la Ciudad no nos respondió.
“Deja que la vida siga”
Estos locales de 280 m2, propiedad de la Agencia Inmobiliaria de la Ciudad de París (RIVP), el segundo mayor propietario social del municipio, permanecieron tristemente vacíos durante más de un año después de los atentados. En la primavera de 2016 se instaló allí el grupo SOS, una empresa social. Jean-Marc Borello, presidente del grupo SOS, confesó entonces haber sentido “una emoción al entrar en el local”, pero también sintió que “la vida tenía que continuar”.
Los locales, nuevamente libres, han regresado al seno de la ciudad, que aspira a convertir su policía municipal en la mayor de Francia, con 5.000 agentes. En este proyecto, 56 formadores proporcionarán formación inicial y formación continua a unos 3.000 agentes del Departamento de Prevención, Seguridad y Protección de la ciudad de París (DPMP), ya en servicio o recién contratados.
El Ayuntamiento quiso incluir en esta formación módulos sobre la temática de los atropellos machistas y sexuales en la vía pública, o sobre la violencia doméstica y la violencia cometida contra personas de la comunidad LGBTQI. La policía municipal parisina ha sido en ocasiones objeto, dentro de sus filas, de abusos sexistas, racistas o de acoso.
