La agencia de calificación Standard & Poor’s (S&P) considera estable el marco de política monetaria de Marruecos, a pesar de los desafíos que plantea el anclaje de su moneda a una cesta euro-dólar.
S&P Global Ratings ha reafirmado las calificaciones crediticias de Marruecos en moneda local y extranjera en BB+, manteniendo al mismo tiempo una perspectiva positiva, según su último informe. Esta decisión refleja la confianza en las reformas fiscales y socioeconómicas en marcha en el país, destinadas a impulsar el crecimiento y reducir la deuda pública.
Las calificaciones crediticias en moneda local y extranjera miden la capacidad de un país para cumplir con sus obligaciones financieras en moneda nacional o extranjera. La calificación BB+ refleja la resiliencia de la economía marroquí a pesar de los recientes vientos en contra, incluida una temporada agrícola débil y la escasez crónica de agua, que han afectado al sector agrícola.
Sin embargo, la base económica diversificada del país, impulsada por los sólidos resultados en el turismo, los automóviles, el sector aeroespacial y los fosfatos, sigue proporcionando una base sólida para el crecimiento.
S&P sostiene que las perspectivas positivas están impulsadas por las expectativas de que Marruecos continuará su trayectoria de reformas. Las medidas clave incluyen la reducción de los subsidios a materias primas como el gas butano, el trigo y el azúcar.
Esta medida tiene como objetivo reasignar recursos hacia programas sociales, en particular la ampliación de la cobertura médica. El informe también señala los avances realizados por Marruecos en la simplificación de su sistema fiscal, en particular mediante reformas del IVA, cuyo objetivo es formalizar la actividad comercial y aumentar los ingresos.
Si estas reformas dan como resultado un crecimiento económico más fuerte y mayores mejoras fiscales, S&P informó que Marruecos podría beneficiarse de una mejora de su calificación crediticia en los próximos 12 meses.
A pesar de estas perspectivas positivas, S&P advierte que Marruecos sigue expuesto a riesgos externos, en particular debido a su dependencia de las precipitaciones. La agricultura, que aporta el 10% del PIB y el 30% del empleo, sigue siendo un sector vulnerable, que depende en gran medida de condiciones climáticas favorables.
La deuda pública también sigue siendo motivo de preocupación. S&P proyecta que la deuda pública de Marruecos seguirá siendo alta, alrededor del 65% del PIB hasta 2027, y que los déficits presupuestarios se reducirán gradualmente. Se espera que el déficit aumente del 4,4% del PIB en 2023 al 4,2% en 2024, alcanzando el 3% en 2027.
Los esfuerzos de reforma de Marruecos están dando frutos en términos de inversión extranjera directa (IED). Las entradas de IED aumentaron un 51,6% en el primer semestre de 2024, impulsadas por iniciativas para atraer más inversión privada.
Al mismo tiempo, se espera que la inflación siga una trayectoria descendente: S&P pronostica una caída al 1,5% en 2024 desde el 6,1% en 2023.
Esta caída está respaldada por la política monetaria del banco central, que incluye una reducción de 25 puntos básicos en su tasa de interés de referencia en junio de 2024.
RT/te/APA