“La legitimidad democrática está en el centro de las cuestiones”

“La legitimidad democrática está en el centro de las cuestiones”
“La legitimidad democrática está en el centro de las cuestiones”
-

Finanzas Noticias Hebdo: A medida que se acercan las elecciones legislativas de 2026, surge con agudeza la cuestión del derecho de voto de los marroquíes que viven en el extranjero. ¿Cuáles son las cuestiones vinculadas a esta participación?

Abdelkhalek Hassini: A medida que se acercan las elecciones legislativas de 2026, la cuestión del derecho de voto de los marroquíes residentes en el extranjero (MRE) vuelve al centro de los debates políticos, reforzando la importancia de esta diáspora, a menudo considerada la “décimotercera región” del Reino. Esta diáspora representa mucho más que una simple comunidad en el extranjero; simboliza un poderoso vínculo entre Marruecos y el resto del mundo. Garantizar la participación electoral de las ERM significa reconocer su papel esencial en el futuro democrático de Marruecos. En primer lugar, la legitimidad democrática está en el centro de la cuestión. Permitir que las MRE voten es un paso importante hacia una democracia más abierta y verdaderamente representativa. Integrando estas voces desde diversos horizonteszons, Marruecos enriquece sus decisiones políticas con una pluralidad de perspectivas.

Sin embargo, a pesar de las garantías de la Constitución de 2011, la participación electoral del MRE sigue estando subexplotada, ya que los sucesivos gobiernos aún no han hecho realidad esta promesa, dejando a una gran parte de la comunidad al margen de las principales orientaciones políticas del país. Logísticamente, también hay muchos desafíos. Organizar una votación en más de 100 países plantea dificultades considerablesRábles. La ausencia de mesas electorales en muchos países, combinada con obstáculos administrativos, obstaculiza una participación electoral fluida. Se vuelve urgente repensar los mecanismos electorales para que votar por las MRE no sólo sea posible, sino verdaderamente accesible y justo. Finalmente, más allá de los aspectos logísticos y constitucionales, la representación política de las ERM es de particular importancia. La diáspora contribuye significativamente a la economía marroquí a través de remesas, inversiones e intercambios culturales. Por lo tanto, es crucial que su voz esté incluida en las decisiones que configuran el futuro del país. Su participación activa en las elecciones reforzaría su vínculo con su tierra natal, al tiempo que subrayaría el papel clave de Marruecos en la escena internacional. Más allá de una simple cuestión de ley, el voto del MRE es clave para una democracia verdaderamente participativa. Facilitar esta participación significa reconocer no sólo su contribución estratégica, sino también fortalecer las bases de un Marruecos democrático de cara al futuro. Al garantizar que todas las voces, dondequiera que estén, puedan expresarse, el Reino afirma su compromiso de construir una sociedad más justa y equitativa.

FNH: Analizando la evolución legislativa reciente y los sistemas implementados, ¿cuál es su evaluación de los derechos de voto de las ERM?

Ah: Desde la adopción de la Constitución marroquí en 2011, a los marroquíes residentes en el extranjero (MRE) se les han concedido, sobre el papel, amplios derechos políticos, incluido el derecho a votar y a presentarse a las elecciones, de conformidad con el artículo 17. Esta reforma constitucional marcó un importante punto de inflexión, destacando la importancia de la diáspora en la vida democrática del Reino. Sin embargo, a pesar de este marco legislativo prometedor, la realidad es muy diferente: el ejercicio concreto de estos derechos sigue siendo limitado, muy por debajo de las expectativas iniciales. Varios obstáculos obstaculizan esta participación. La votación por poder, frecuentemente propuesta como solución, se considera compleja, a menudo inadecuada e insuficiente para garantizar una representación fiel de los votantes en el extranjero. Además, la ausencia de colegios electorales en muchos países donde viven grandes comunidades marroquíes limita considerablemente su participación. Estas deficiencias logísticas y administrativas crean una profunda brecha entre las promesas de la Constitución y su implementación efectiva.

Además, aunque en teoría los MRE tienen derecho a postularse para cargos públicos, los partidos políticos no tienen la obligación de incluirlos en sus listas. Esta falta de representación reduce su visibilidad y su participación en la vida política marroquí, excluyendo así a millones de ciudadanos que, sin embargo, están apegados a su país de origen. Esta falta de integración hace que la participación de las ERM sea esencialmente teórica. La infraestructura electoral actual tampoco es adecuada para la escala de la diáspora. Además de las barreras administrativas, la falta de recursos para organizar elecciones en el extranjero limita la eficacia del proceso. A pesar de las reformas de 2011, cada vez resulta más evidente que estos derechos siguen siendo en gran medida simbólicos mientras no estén respaldados por medidas concretas para facilitar su ejercicio. Soluciones tecnológicas como el voto electrónico seguro podrían ayudar a superar estos obstáculos logísticos y garantizar una participación cada vez más amplia de las ERM. Este enfoque ya ha demostrado su eficacia en varios países, garantizando la seguridad y la accesibilidad de los ciudadanos en el extranjero. Para que los derechos políticos de las ERM no queden simbólicos, es fundamental acompañarlos con acciones concretas. Al facilitar su participación, Marruecos garantizará que su democracia refleje plenamente la diversidad y la riqueza de sus ciudadanos, ya sea que se encuentren dentro o fuera del país.

FNH: La ausencia de colegios electorales en los países anfitriones y la complejidad de los procedimientos de votación por poder obstaculizan enormemente el ejercicio de este derecho. ¿Cómo podemos remediar este problema?

A. H.: Se podrían implementar varias soluciones para hacer que la participación electoral sea más accesible y más amplia. El primero sería la apertura de colegios electorales en las embajadas y consulados de Marruecos, lugares frecuentados por la diáspora, ofreciendo así acceso directo al proceso electoral. En países con una fuerte comunidad marroquí, sería posible considerar oficinas adicionales en centros comunitarios o lugares públicos estratégicos, acercando así a los votantes a las urnas. Además, es fundamental simplificar los procedimientos de votación por delegación. Este mecanismo, a pesar de su posible utilidad, sigue siendo demasiado complejo. La adopción de herramientas digitales transparentes y seguras, a través de plataformas en línea, podría agilizar estos procedimientos al reducir los retrasos y los obstáculos administrativos, y garantizar que los marroquíes que residen en zonas sin colegios electorales puedan participar en las elecciones más fácilmente. Más allá del aspecto logístico, la participación de las ERM en la votación tiene una dimensión simbólica importante. Al facilitar su participación electoral, Marruecos fortalecería su sentido de pertenencia a la nación y reconocería plenamente su papel en el desarrollo del país. Dar voz a estos millones de ciudadanos en el extranjero consolidaría los vínculos con su tierra de origen, al tiempo que promovería su contribución en la escena internacional.

FNH: En su opinión, ¿cuáles son las soluciones concretas que se deben ofrecer para garantizar derechos de voto accesibles e inclusivos para esta comunidad activa, pero a menudo subrepresentada?

Ah: Para garantizar derechos de voto totalmente inclusivos y accesibles para las ERM, es esencial introducir reformas estructurales sostenibles e innovadoras. Entre las soluciones, destaca el voto electrónico seguro como una alternativa moderna, práctica y adaptada a la diáspora, repartida por los cuatro rincones del mundo. Países como Estonia y Suiza han demostrado que la votación en línea puede ser una forma confiable y eficaz de fomentar la participación electoral en el extranjero, garantizando al mismo tiempo la integridad de las papeletas. Al mismo tiempo, es esencial reforzar la cooperación entre Marruecos y los países anfitriones para facilitar los procedimientos electorales. Un mayor diálogo con las autoridades locales permitiría eliminar ciertos obstáculos administrativos, creando al mismo tiempo condiciones favorables para el ejercicio del derecho de voto. Esta asociación también podría incluir la colaboración con asociaciones marroquíes en el extranjero, destinada a sensibilizar a la diáspora sobre las cuestiones electorales y apoyarles en sus esfuerzos. La comunicación y la concienciación también son esenciales.

Campañas de información específicas, a través de las redes sociales, los medios de comunicación y las asociaciones de MRE, recordarían a la diáspora sus derechos y los diferentes métodos de participación. Al establecer plataformas interactivas, las autoridades marroquíes podrían fortalecer sus vínculos con la diáspora y recopilar comentarios, optimizando así los procesos electorales. Además, la evaluación continua de los sistemas existentes es crucial. El seguimiento regular del funcionamiento de las infraestructuras electorales, combinado con la escucha de las preocupaciones de los electores, permitiría ajustar las medidas en cada plazo, garantizando una participación más amplia y representativa. En conclusión, modernizar los procesos electorales, fortalecer la cooperación internacional y aumentar la concienciación son las claves para ofrecer a las ERM un derecho justo al voto. Estas acciones no se limitan a un simple gesto cívico, sino que reflejan el reconocimiento del papel fundamental que desempeña la diáspora en la economía, la cultura y la política del Reino. Al permitirles participar activamente en las decisiones importantes, Marruecos fortalece su democracia, haciéndola más inclusiva y verdaderamente representativa de su diversidad.

-

PREV El apoyo de los países nórdicos continúa
NEXT Una treintena de diputados macronistas se oponen al aumento de impuestos previsto por Michel Barnier – Libération