Con estos puntos el partido quiere entrar en la campaña electoral federal.
En una sesión especial, el grupo parlamentario decidió, en el documento de posición “Último impulso para Alemania”, centrarse en la política interior, económica y social, con la inmigración como tema central. El colíder Tino Chrupalla califica la inmigración como “la madre de todos los problemas”, según informa el Tagesschau.
El documento pide, entre otras cosas, rechazos en las fronteras, deportaciones y prestaciones en especie para los solicitantes de asilo. Chrupalla afirma que las prestaciones para los solicitantes de asilo deben reducirse significativamente y reducirse a “cama, pan y jabón”. Los solicitantes de asilo sin documentos de identidad no pueden solicitar asilo. La reunificación familiar y el “derecho de oportunidad de residencia” –que permite a los extranjeros naturalizarse después de sólo tres años si han hecho “esfuerzos especiales de integración”– deben ser abolidos.
La AfD también aboga por una reducción de los impuestos: la desgravación fiscal sobre la renta se incrementará de los 11.784 euros actuales a 14.000 euros anuales. Los autónomos y los empresarios deberán pagar impuestos y tasas que sean competitivos en comparación con los de otros países. Los precios de la energía se reducirán mediante la reintroducción de la energía nuclear y la ampliación del tiempo de funcionamiento de las centrales térmicas de carbón. Los motores de combustión y la calefacción a gas y petróleo también deberían seguir estando permitidos a largo plazo. En materia de política social, la AfD quiere que la desgravación fiscal sólo sea para los ciudadanos alemanes, pero que esté vinculada a la obligación de trabajar en el sector no lucrativo después de un determinado tiempo. Se debería reducir considerablemente la burocracia, ya que obstaculiza la inversión.
Según las encuestas de opinión, los ciudadanos consideran hoy en día la inmigración como el mayor problema de Alemania.
