Miércoles 18 de septiembre de 2024 a las 20:37
Ginebra – La flagrante falta de acceso al agua potable y al saneamiento que padecen las poblaciones cautivas en los campamentos de Tinduf fue planteada el miércoles ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH).
Al intervenir durante el debate del CDH sobre el punto 3 de su orden del día, el activista y profesor de medicina, Brahim El Ahmadi, llamó la atención del consejo sobre la urgencia del problema de la falta de acceso al agua para los presos saharauis.
“Estas comunidades vulnerables se ven obligadas a vivir en condiciones precarias con un acceso limitado al agua potable”, deploró, dirigiéndose en particular al Relator Especial sobre los derechos al agua potable y al saneamiento, Pedro Arrojo-Agudo.
En ese contexto, explicó que el agua, extraída de pozos no tratados, es transportada a tanques oxidados, para luego almacenarse en depósitos de plástico bajo un sol abrasador, lo que provoca la contaminación de ese material vital con partículas plásticas y otros químicos nocivos para la salud.
“Estas condiciones explican claramente el aumento de los casos de cáncer en los últimos años”, señaló El Ahmadi.
Este activista de derechos humanos señaló además que la insuficiencia de las raciones diarias de agua, que son del orden de 03 litros por persona, está en el origen de graves problemas de higiene, agravados por el vertido de aguas residuales, con el consiguiente agravamiento de varias enfermedades, entre ellas el cólera y la fiebre tifoidea.
En este sentido, instó al Relator Especial y a la comunidad internacional a “adoptar medidas urgentes para asegurar que el país anfitrión de los campamentos asuma sus responsabilidades de garantizar el derecho de los reclusos al agua potable y a condiciones sanitarias dignas”.
